MIAMI, Estados Unidos. – Madrid acoge, del 14 de septiembre al 29 de octubre, Gabinete Carnal, la primera exposición individual del artista cubano Elio Rodríguez en la ciudad. Esta muestra, curada por el crítico y periodista cultural Edgar Ariel, transformará el Espacio Copiloto en un ámbito de investigación y archivo de cuerpos teratológicos, en medio del programa de Apertura Madrid Gallery Weekend, según informó Rialta Magazine.
Rodríguez concibe esculturas que desafían la idea tradicional de cuerpo. Estas son “máquinas malformadas” que, a pesar de su aparente monstruosidad, exhiben una especial armonía. La teratología, que proviene del término griego theratos (monstruo), se dedica al estudio de criaturas anormales en la zoología, aquellos seres que desafían la norma o la “normalidad”.
El eje central de la obra de Rodríguez es la identidad. Sus piezas, denominadas “esculturas blandas”, incluyen títulos como Obi omini (according to Lam), Jungla pobre y Tentacle gothic. Todas ellas “tienen una raíz conceptual, donde la idea condiciona los elementos formales”, y donde “el sentido sensorial es fundamental”, comenta el artista.
Además, el artista enfatiza el humor y la cultura popular como elementos intrínsecos a su trabajo. “Siempre he dicho que soy un negro de La Habana Vieja. En mi caso, el doble sentido, el chiste y el juego de palabras tienen mucha fuerza”, dijo Rodríguez en una entrevista.
El nombre de la muestra, Gabinete Carnal, alude a la rarefacción en el proceso de exploración de la identidad. Una escultura en una vitrina encuentra en su deformidad un desafío a la norma tradicional y la “verdad” impuesta. Edgar Ariel describe la exposición como “un gabinete de esculturas blandas, un gabinete expandido en su discursividad”.
El Espacio Copiloto, fundado por el también cubano René Francisco y la curadora Dayneris Brito, se describe como un espacio destinado a invitar a artistas a dialogar con la dinámica del lugar, sin fines de lucro. Es en este contexto que Elio Rodríguez reinventa la noción de gabinete y desarrolla una estética relacional, trabajando la costura no solo en su sentido literal sino también como experiencia vital y regenerativa.
