Tras el paso por territorio cubano de dos potentes huracanes en menos de tres semanas y la emergencia energética que enfrenta el país caribeño, Rusia prometió ayuda a Cuba como parte de las acciones de alianza política que las dos naciones han revigorizado en los últimos años.
El pasado viernes, el vicepresidente del Gobierno de Rusia, Dmitri N. Chernyshenko, arribó a La Habana, justo cuando el Kremlin anunció un crédito por 60 millones de dólares a Cuba para la compra de combustibles.
“Ningún país quiere darle crédito a Cuba porque Cuba no paga. ¿Por qué la Federación rusa está ahora queriendo, digamos, ayudarnos? Pienso que detrás de esto hay intereses; más que económicos, intereses políticos. Primero, este es un país que no tiene casi competencia para ningún inversor extranjero porque no hay una empresa nacional ni una industria nacional. Aquí no se produce nada, prácticamente, y hay una mano de obra muy necesitada de trabajo”, dijo la académica Jenny Pantoja a Martí Noticias desde la capital cubana.
No obstante, para Pantoja, lo que podría parecer beneficioso para la población, es un boomerang que terminaría afectándola: “Sería una manera más de que el Estado tenga dominio sobre la población y ‘porque si no te saco del lugar donde trabajas’”.
El ministro ruso de Emergencias, Alexander Kurenkov, en visita oficial en la isla, se reunió este miércoles con la jefatura del Ministerio del Interior cubano y recorrió “la Unidad Especial de Salvamento del Cuerpo de Bomberos”, donde entregó donaciones, según informó la entidad en su cuenta de X.
También se inauguró el Centro de Formación conjunta entre la Universidad Nacional de Investigación Instituto Energético de Moscú y la Unión Eléctrica, de Cuba, uno de los proyectos que, cuando se concreten, permitirán la disminución “de la dependencia de los combustibles importados, y mitigar el impacto del bloqueo del Gobierno de Estados Unidos”, expresó Argelio Jesús Abad Vigoa, viceministro primero de Energía y Minas de la Isla.
Un mercado ruso en La Habana
Entre las muchas evidencias del reverdecimiento de las relaciones entre Cuba y Rusia está la anunciada apertura, en marzo de 2025, de una tienda de productos rusos en Centro Habana.
“La tienda viene a vender a un lugar donde no hay competencia de otras industrias nacionales que vendan a menor precio. Dudo mucho que venda en pesos cubanos, vendería en MLC o en dólares. Sería una tienda que abriría una brecha mayor de inequidad entre las personas. Otra más, para marcar las diferencias”, apuntó Pantoja.
Agregó que la tienda que se nombrará, paradójicamente, “Florida”, pertenecería, en consorcio con los rusos, a CIMEX (siglas de Comercio Interior, Mercado Exterior) perteneciente al monopolio militar GAESA (Grupo de la Administración Empresarial, Sociedad Anónima).
“¿A manos de quién irían las ganancias? De GAESA, un organismo que acapara más del 50% de las inversiones del país, de las más importantes, y que es un organismo que la Contraloría General de la República no puede auditar. GAESA es una multiempresa que pertenece a los militares y más que a los militares, pertenece a las familias enlazadas con la familia Castro”.
De acuerdo a la historiadora y antropóloga, la penetración rusa se pone de manifiesto en cada nuevo paso que da Rusia en relación con la necesitada Cuba:
“Todas las asociaciones son con las empresas más importantes del Estado cubano. Van a hacer una plataforma con la empresa Aicros que es cubana, para implementación de técnicas digitales, y a partir de ahí, penetrar el mercado de Latinoamérica”.
“Es una estrategia que, más que económica, es geopolítica, la penetración más allá de lo económico”, dijo Pantoja, sin detallar los acuerdos entre el Consejo Empresarial ruso cubano desde el que se promueven “operaciones para toda Latinoamérica.
“Los rusos están usando Cuba y toda la situación que tiene Cuba para volver a hacer de Cuba un satélite”.
Durante la Feria Internacional de La Habana (FIHAV), la vicepresidenta del Consejo Empresarial Rusia-Cuba, Tatiana Mashkova explicó a la agencia estatal Prensa Latina que las empresas privadas rusas presentes en la exposición “están interesadas en invertir en Cuba y trabajar en la esfera de tecnología de forma conjunta y extender esos productos a Latinoamérica”.
En ese sentido, Pantoja precisa que “Cuba va a ser una puerta de entrada, la llave de América para ellos, porque los rusos en América no tienen un mercado importante. Por supuesto, Rusia quiere volver a ganar mercado y ganar espacios de negociación y de influencia política en el continente, que sabemos que está más dominado por los consorcios norteamericanos y por Canadá, Inglaterra y otras potencias”.
El también historiador, Boris González Arenas considera que, aunque ambos regímenes se alinean en cuestiones globales, el de Cuba será cauteloso porque darle carta abierta a Rusia, dificultaría el enriquecimiento personal de los miembros de la cúpula.
“Cuba tiene una deuda con Rusia muy grande, uno de sus, digamos, ejes principales, es el de la defensa. El armamento cubano es ruso y, aunque no va a servir para enfrentar a los Estados Unidos, si va a servir para matar cubanos y el castrismo en este momento está absolutamente dependiente de su armamento para controlar a los cubanos, o sea, ya en Cuba no hay institucionalidad, y la población no tiene ningún tipo de apego al régimen comunista”.
De todos modos, para el Gobierno “es muy importante mantener los vínculos con Rusia. Cuba, además es un país quebrado. Dentro de esa lógica hay que pensar que, una manera de retribuir a las deudas con Rusia, además de la necesidad de Rusia que tiene el régimen cubano; está permitir que en el sector del comercio tenga Rusia alguna participación, algún aprovechamiento”.
“Es un tema muy delicado, porque en ese sector, el castrismo se apropia de mucho dinero. Ahí, la apertura a Rusia va a ser limitada porque, si no, es un tiro en el pie del propio régimen cubano que se aprovecha de nuestras necesidades, sobre todo por la vía del comercio minorista, ya que es mucho el dinero que viene del exterior en remesas, que les es imprescindible para sus actos de corrupción, tanto como para el sostenimiento del mismo régimen”, puntualizó González Arenas.