En un oscuro episodio que refleja la crítica situación de la libertad de expresión en Cuba, el periodista independiente José Luis Tan Estrada, colaborador de CubaNet, denunció haber sido amenazado por represores de la Seguridad del Estado. La razón de esta intimidación sorprendente: llevar pañales a una mujer hospitalizada en el Hospital Provincial de Camagüey.
La odisea de Tan Estrada comenzó durante una visita al Hospital Provincial para entregar suministros a una señora ingresada en el nasomocio con una fractura de cadera. Con una bolsa de pañales en la mano, el profesor camagüeyano notó que estaba siendo perseguido por un hombre que intentaba disimular la vigilancia. Al concluir su visita y salir, se encontró con ese mismo individuo junto al agente de la Seguridad del Estado identificado como Cristian, uno de los represores habituales de Tan Estrada.
Al recoger su bicicleta, el periodista fue abordado por Cristian, quien profirió amenazas preocupantes. Le advirtió que no entraría a los hospitales cubanos sin ser observado y le aconsejó que cuidara su bicicleta, insinuando un posible robo si la dejaba afuera de la casa de su abuela. La respuesta de Tan al represor fue firme, cuestionando cómo su acto de ayuda podría representar una amenaza.
En un audio enviado a CubaNet, Tan Estrada revela que Cristian ha estado presente en la mayoría de los interrogatorios policiales a los que ha sido sometido. En cada ocasión, el agente utiliza un tono violento y autoritario. Este incidente no es aislado, sino que forma parte de un patrón de hostigamiento continuo por parte de la policía cubana hacia el periodista humanitario.
La situación en Cuba en cuanto a libertad de expresión y prensa es una de las más críticas a nivel mundial. La labor altruista de Tan Estrada, que busca ayudar a los más necesitados, continúa siendo objeto de represión. ¿Cuál es su delito? Donar más de 50 abrigos a personas deambulantes y necesitadas en la ciudad de Camagüey. El reportero, consciente de las noches frías que atraviesa Cuba, decidió utilizar las redes sociales para recaudar donativos y brindar protección a aquellos que duermen a la intemperie.
Este caso no solo evidencia la valentía de Tan Estrada en su labor humanitaria, sino también la dura realidad que enfrentan los defensores de la libertad y solidaridad en un contexto donde la represión parece no tener límites. La pregunta que queda en el aire es: ¿hasta cuándo se silenciará a aquellos que buscan simplemente ayudar a los más vulnerables en la isla?
