SAN LUIS POTOSÍ, México.- El régimen cubano inició la venta de agua embotellada a los residentes del reparto Van Toy 2, en el municipio de Caibarién, Villa Clara, a través de las Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD), en medio de una crisis hídrica que ha mantenido sin acceso a este recurso a los pobladores villaclareños.
En varias publicaciones de seguimiento al tema por el periodista oficialista Henry Omar Pérez se aludió al hecho provocado por el colapso de la bomba del Pozo 8, hace casi un mes. “Ante la contingencia actual, se ha implementado una política de distribución de agua embotellada a través de la cadena de tiendas TRD, asociadas a las Bodegas de Comercio”, escribió Pérez en redes sociales.
Los galones de agua de cinco litros se venden a un costo de 85 pesos cubanos y se entregan mediante la libreta de racionamiento. Según expuso el comunicador, pretenden abarcar 30 bodegas, “asegurando que los grupos más vulnerables tengan acceso a este recurso vital”.
Por su parte, María del Rosario Urbay Ceballos, viceintendente del Consejo de la Administración, transmitió a los medios oficialistas que han “priorizado” a los niños de cero a 13 años para la venta de galones de agua y luego pasarán a atender ancianos que viven solos, embarazadas y familias vulnerables. Han recibido hasta el momento 4.255 galones de agua, dijo.
Yoarkis López González, gerente comercial de TRD en Caibarién, aseguró que son “conscientes” de la necesidad de agua: “Hemos intensificado nuestros esfuerzos para asegurar que el acceso a agua embotellada sea lo más eficiente posible. Además, mantenemos un diálogo constante con las autoridades locales para encontrar formas de mejorar la situación”.
Los vecinos no tardaron en cuestionar la medida, que expone la ineficiencia del régimen para garantizar el acceso al líquido vital a los ciudadanos, lucrando con semejante crisis.
“Es difícil y preocupante que tengamos que comprar agua embotellada, pero nos hemos organizado entre vecinos para hacer un pedido conjunto y así reducir costos. La unidad nos ha ayudado a sobrellevar esta situación”, comunicó la vecina María González al periodista oficialista Pérez.
En los comentarios no faltaron las denuncias a la precariedad de la vida en el municipio Van Troy 2 y el oportunismo del régimen en ese contexto.
“Qué solidaridad la de TRD, por qué no la regalan, qué resolvemos con un galón, por dios, qué falta de todo, es un negocio lo que tiene este país y sus direcciones con todo, vergüenza les debería dar, bloqueo ni bloqueo, quítense la careta que aquí nos van a matar”, escribió un internauta.
Al cierre de esta nota, las autoridades villaclareñas confirmaron que el pozo ocho en Caibarién comenzó a bombear hace aproximadamente dos horas y se espera que el sistema se mantenga estable.
No obstante, el abastecimiento no está completamente restablecido y continúan enviando agua en pipas hasta que se solucione el problema.
Desde el miércoles, después de un mes sin el recurso, las comunidades de Bartolomé, Reforma y El Crucero comenzaron a recibir agua.
No obstante, hace apenas una semana, las autoridades organizaron el Carnaval acuático de Caibarién, que incluyó el paseo de carrozas flotantes en el malecón, venta de alimentos y bebidas, y mucho baile, a pesar de la emergencia hídrica y energética que atraviesa la zona.
La crisis de acceso al agua
La crisis con el suministro de agua potable que atraviesa Cuba afecta a más de 600.000 personas en todo el país, según cifras proporcionadas por el propio régimen.
Según el presidente del Grupo Empresarial de Agua y Saneamiento, José Antonio Hernández Álvarez, citado por el oficialista Granma, la escasez del agua afecta a diversas provincias del país, algunas de las cuales cuentan con más de 30.000 clientes sin servicio. Entre las más golpeadas se encuentran Pinar del Río, Artemisa, Santiago de Cuba, Granma, Villa Clara, Cienfuegos y Holguín.
En La Habana, la cifra es aún más alarmante, con más de 130.000 personas afectadas. Estos datos oficiales subrayan la gravedad del problema y cómo el colapso de servicios esenciales es una constante en la vida de los cubanos bajo el régimen.
El gobierno ha señalado dos causas principales para esta problemática: la rotura de una cantidad significativa de equipos de bombeo y la inestabilidad del Sistema Electroenergético Nacional (SEN).
