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Este febrero trae la oportunidad de reflexionar sobre el papel de la universidad en la transformación social, su importancia en la garantía de una educación inclusiva y de calidad; y el desafío de involucrarse en soluciones efectivas a los problemas de cada país.
Precisamente ese es el propósito del 14to Congreso Internacional de Educación Superior Universidad 2024, que se desarrollará del 5 al 9 de febrero en el Palacio de las Convenciones de La Habana, por primera vez de forma presencial desde la pandemia de covid-19.
Universidad 2024 acogerá más de 2 000 delegados de todo el mundo, en medio de una década en que los gobiernos intentan cumplir la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Para conocer sobre la organización del evento, sus objetivos y principales actividades que tendrán lugar, el Dr. C. Reinaldo Velázquez Zaldívar, viceministro de Educación Superior y presidente ejecutivo del Comité Organizador de Universidad 2024 conversa con la prensa.
¿Qué trascendencia tiene un evento como Universidad 2024 en la actualidad?
–Este congreso se ha constituido en América Latina como uno de los principales espacios de intercambio y debate de buenas prácticas relacionadas con la educación superior.
“Pero no incluye solo a esta región. Durante el desarrollo del evento La Habana será la capital de la educación superior mundial. En él participarán delegados y autoridades de todos los continentes; se promoverán concertaciones, eventos, consensos; y se evaluarán alternativas para desarrollar los procesos universitarios en diferentes contextos.
“Hablando de alternativas, estamos en un momento crucial en el desarrollo de estrategias por parte de la ONU, que está enfrascada en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030. Sobre estos planes, existe un debate entre quienes creen y quienes no creen que se puedan alcanzar.
“Precisamente, el congreso Universidad 2024 tiene una importancia cardinal para evaluar cómo la educación superior puede contribuir no solo al logro del ODS 4 -asociado a la educación-; sino también al resto de los ODS, especialmente el 17, que implica la creación de alianzas.
“En ese sentido, es fundamental plantearnos cómo trabajar para mejorar nuestras ciudades, para proteger el medio ambiente y lograr un empleo digno para todas las personas. Se trata de buscar maneras de erradicar el hambre y la pobreza, proteger la flora y la fauna, entre otros aspectos.
“El evento se alza también como reflejo de lo que debe ser el ambiente de la educación superior. Un escenario de calidad, pertinencia, paz, solidaridad, y donde las casas de altos estudios respondan a las necesidades de sus pueblos”.
Estábamos hablando de Objetivos de Desarrollo Sostenible. En el caso cubano, ¿de qué manera Universidad 2024 se articula y aporta a los ejes estratégicos de desarrollo del país?
–Cuba tiene un ambicioso plan de desarrollo económico-social hasta 2030, que ha definido sus ejes y sectores estratégicos. La estructura del congreso, mediante diferentes simposios y talleres, permite que el debate se centre en contribuir a la materialización de estos ejes estratégicos.
“Las universidades cubanas integran el sector del conocimiento y forman el potencial humano requerido para implementar un sistema de gestión de gobierno basado en ciencia e innovación, lo cual se traduce en el uso del conocimiento experto para la toma de las principales decisiones.
“Este conocimiento experto en lo fundamental está en los centros de investigación y en las universidades. De ahí el papel relevante de la educación superior. Por supuesto, el evento está articulado para lograr un impacto en todos estos ejes y sectores, y se puede evaluar en las diferentes temáticas de las actividades del evento.
“El congreso es una oportunidad para mostrar los avances en materia de educación superior en las universidades de nuestro país; y para evaluar las buenas prácticas de otras realidades y contextos, que pudieran adecuarse e implementarse también en nuestro caso”.
¿Cómo se desarrollaron los preparativos del encuentro y cuáles serán sus principales atractivos?
–El comité organizador y, en especial, el comité científico, estructuraron el congreso en siete grandes simposios y 26 talleres. Cada uno se estableció por áreas de conocimiento relacionadas con aspectos distintivos de la educación superior.
“Hay simposios vinculados con los tradicionales procesos sustantivos. Es decir, formación continua, ciencia, innovación y extensión universitaria. También existen otros enmarcados en las temáticas o prioridades actuales que se manejan a nivel internacional en la educación superior, como el vínculo universidad-empresa, el impacto de la educación superior en el desarrollo local y territorial, la ciencia abierta, las energías renovables, etc.
“En sentido general, existe un diseño muy atractivo cuya temática puede ser de interés para toda la comunidad universitaria.
“Serán significativos los cuatro foros que tendrán lugar. Hay uno sobre educación superior y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, otro de ministros y autoridades de educación superior, otro relacionado con las perspectivas de la Unesco para la educación superior del futuro -sobre todo viendo la educación superior desde el contexto latinoamericano y caribeño-; y otro foro sobre el conocimiento, la innovación y el desarrollo territorial sostenible.
“De igual modo, ocurrirán encuentros como el taller internacional “Las ciencias sociales y humanísticas desde la universidad” o “Vínculo universidad-sector productivo y de servicios”, con temas que en años anteriores estaban subsumidos en otros eventos y ahora tendrán un espacio específico para el debate y el intercambio de ideas.
“Si de conferencistas se trata, participarán importantes figuras de la ciencia, la cultura y la educación de diferentes países, como el fraile dominico y reconocido intelectual, Frei Betto; el ministro de Educación Superior de Cuba, Walter Baluja García, y la ministra de Educación cubana, Neima Ariadna Trujillo”.
¿Qué características sobresalen en esta oportunidad con respecto a la edición anterior?
–Universidad 2024 es la primera edición presencial después de la pandemia de covid-19. La anterior fue en el año 2022, en un contexto pandémico, y, aunque tuvo carácter híbrido, predominó la participación virtual.
“Este año tendremos una participación presencial mucho mayor que en la edición anterior. Aunque todavía no se ha cerrado la admisión de ponencias, ya tenemos ponencias de alrededor de 355 extranjeros en el programa científico.
“Con la llegada de invitados, autoridades y participantes en las diferentes actividades del congreso, tendremos una asistencia extranjera que sobrepasará los 700 visitantes internacionales. La delegación cubana, por su parte, estará compuesta por 1 405 delegados, más de 800 de ellos presenciales.
“También hay otros aspectos de este congreso que lo hacen superior. Asistirán 14 ministros y viceministros de diferentes países; 35 secretarios generales de organismos internacionales vinculados con la educación superior; y numerosas delegaciones de países como Rusia, Brasil, Hungría, Venezuela, Estados Unidos, España y Colombia. La posibilidad de participación estará abierta hasta el momento de comenzar el congreso.
“En el evento se desarrollará, de igual modo, la última reunión preparatoria de la Conferencia Regional de Educación Superior, cita que tiene lugar cada 10 años, previa a la conferencia Mundial de Educación Superior convocada por la Unesco. Se trata de la Conferencia Regional de Educación Superior 18+5, que tendrá lugar en Brasil en marzo próximo.
“Otras actividades estarán ocurriendo, como los encuentros entre rectores cubanos y foráneos; especialmente entre rectores de Cuba-Rusia, Cuba-Hungría, Cuba-Brasil y Cuba-Venezuela, donde habrá un intercambio significativo.
“Igualmente habrá una expo asociada a la conferencia, con una importante participación de todas las universidades cubanas; no solo las pertenecientes al Ministerio de Educación Superior, sino también la Universidad de las Artes (ISA), las universidades de Ciencias Médicas; así como un grupo de empresas con las que el sistema de educación superior tiene relaciones -como Biocubafarma- e instituciones universitarias extranjeras.
“La expo se convertirá, en definitiva, en el espacio de concertación, firma e identificación de posibles relaciones bilaterales, que aportarán una dinámica importante a nuestro congreso”.
¿Cómo valora el papel de la universidad en la sociedad cubana actual? ¿Tenemos la educación superior que necesitamos?
–Hoy, como nunca antes, la universidad cubana es reconocida como uno de los principales actores en la transformación socioeconómica del país. Es, sobre todo, privilegiada por un sistema de gestión de gobierno basado en ciencia e innovación, donde la universidad juega un papel significativo, no solo a nivel de nación, sino también de provincia y municipio, a partir de la existencia de los centros universitarios municipales.
“Nuestras universidades se desenvuelven en un contexto sumamente complejo, por la existencia de una crisis mundial, las secuelas económico-sociales derivadas de la pandemia y, sobre todo, por el recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos, que impacta en el aseguramiento material y financiero de los procesos universitarios. En ese contexto, sin embargo, nuestras casas de altos estudios se desarrollan y avanzan.
“Recientemente se celebró el Día de la Ciencia en Cuba y pudimos apreciar que gran parte de los reconocimientos obtenidos por resultados relevantes en la ciencia y la innovación en el país están en manos de nuestros investigadores, de nuestros profesores y de nuestras universidades.
“Actualmente destacan los vínculos universidad-empresa y universidad-sociedad, lo cual se traduce en aportar los conocimientos generados en la universidad y concretarlos en productos o servicios que puedan sustituir importaciones, contribuir a las exportaciones y dinamizar la economía del país.
“Aún debemos trabajar en un grupo de aspectos para que la universidad juegue el papel que la sociedad demanda, diseñe escenarios y convierta esos escenarios en realidad a través de los procesos que desarrolla.
“Estamos transformando un grupo de cuestiones importantes en la educación superior cubana, de manera tal que la oferta académica de las universidades, en pregrado y posgrado, se corresponda con las necesidades del Plan Económico y Social hasta 2030. Creo que es importante transformar el mapa de carrera de nuestras universidades, y se está trabajando en ese sentido.
“El perfeccionamiento del sistema de formación continua debe tener énfasis en la preparación para el empleo. Una vez egresados los jóvenes del curso diurno, la universidad debe trabajar conjuntamente con las empresas empleadoras en desarrollar su profesionalización.
“Debemos profundizar la integración entre empleadores y universidad; además de perfeccionar uno de los logros que diferencian nuestra educación superior de la de otros países, como la ubicación laboral anticipada; ese derecho de nuestros jóvenes de, una vez egresados del curso diurno, tener asegurado un empleo.
“La formación doctoral debe vincularse a programas y proyectos priorizados para el desarrollo del país, los sectores estratégicos y el desarrollo local. Esto tiene estrecha relación con el prestigio demandado en el claustro de nuestras universidades.
“La internacionalización también es otro elemento importante para favorecer el desarrollo, la cooperación y la visibilidad de la educación superior cubana.
“Es preciso promover programas de doble titulación, de formación dual; a la vez que se trabaje en la pertinencia y la calidad, mediante un grupo de proyectos para introducir la formación por competencia. Asimismo, es preciso incrementar las vías de acceso, sobre todo para los jóvenes en situación de vulnerabilidad y discapacidad.
“Un elemento distintivo de la educación superior cubana es el sentido de pertenencia y el compromiso de la comunidad universitaria. Aunque falta mucho por hacer, sabemos cuál es la estrategia a desarrollar para lograr la educación superior que Cuba merece”.
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