Washington/El primer discurso de Donald Trump ante el Congreso en su segundo mandato se convirtió en un acto partidista en el que contrastaron los atronadores aplausos de los republicanos con los abucheos de los demócratas. El presidente batió un récord histórico de duración, con una hora y 42 minutos, en los que defendió sus políticas de recortes presupuestarios y aranceles, así como contra la inmigración irregular y la diversidad.
“Estados Unidos ha regresado”, comenzó de manera triunfal en medio de una ovación. “Hemos logrado más en 43 días de lo que la mayoría de las administraciones logran en cuatro u ocho años, y apenas estamos comenzando”, reivindicó el republicano, quien sacó pecho de haber firmado 100 decretos y tomado 400 medidas ejecutivas, lo que le ha supuesto las críticas de la oposición, que le acusa de saltarse el proceso legislativo en el Congreso.
Para Trump es, sin embargo, “un récord para restablecer el sentido común, la seguridad, el optimismo y la riqueza en todo nuestro maravilloso país. El pueblo me eligió para hacer el trabajo, y lo estoy haciendo”.
Entre las peticiones que hizo, precisamente, al legislativo estuvo la de aprobar fondos federales para completar “la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos”.
“He enviado al Congreso una solicitud de financiación detallada que explica exactamente cómo eliminaremos estas amenazas, protegeremos nuestra patria y completaremos la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos, más grande incluso que la del actual poseedor del récord, Dwight D. Eisenhower”, aseguró Trump, que calificó al ex presidente como “un hombre moderado, pero alguien que creía firmemente en las fronteras”.
“Estamos logrando la gran liberación de América”, clamó, tras reivindicar los números más bajos de la historia en cruces ilegales de las fronteras, una de las al menos 26 falsedades incluidas en su discurso, según la verificación de la prensa estadounidense.
Reivindicó los números más bajos de la historia en cruces ilegales de las fronteras, una de las al menos 26 falsedades incluidas en su discurso, según la verificación de la prensa estadounidense
Parte importante del discurso, la dedicó a su política de imposición de aranceles, afirmando que otros países “harán a Estados Unidos rico de nuevo”. Según sus palabras, “eso está sucediendo, y lo hará bastante rápido”, aunque a continuación reconoció que provocarán “algunas pequeñas perturbaciones”.
“No nos importan. No serán muchas”, dijo, restándole importancia. “Puede haber un pequeño período de ajuste”, añadió en referencia concreta a las tarifas sobre productos agrícolas extranjeros, por lo que pidió a los agricultores locales que tuvieran “paciencia” con él “otra vez”.
Trump alertó a los consumidores, sin aclaraciones, sobre algunos productos extranjeros. “Están en una situación muy, muy mala en muchos sentidos. No se inspeccionan. Pueden estar muy sucios y ser repugnantes cuando llegan y perjudican a nuestros agricultores estadounidenses”, afirmó.
Su defensa de la imposición de aranceles llegó el día en que entraron en vigor los del 25% para México y Canadá –anteriormente sus socios, pero que ya han adelantado consecuencias– y del 10% al 20% en el caso de China, que también ha respondido estar preparada para “cualquier tipo de guerra” contra EE UU.
“Otros países han utilizado aranceles contra nosotros durante décadas, y ahora es nuestro turno de empezar a usarlos contra esos otros países. Es recíproco, de ida y vuelta. Lo que nos impongan como impuesto, lo gravaremos”, sostuvo, señalando también a la Unión Europea.
Allí, Dinamarca ha querido ignorar las palabras que pronunció Trump sobre Groenlandia, un territorio ártico dependiente del país europeo. “Necesitamos Groenlandia. Creo que lo vamos a conseguir. De una forma u otra, lo vamos a conseguir”, dijo. El jefe de la Casa Blanca agregó que apoya el derecho de la isla a “determinar su propio futuro”, pero que le “daría la bienvenida” por motivos de seguridad nacional y para “hacerlos ricos”. “Estamos trabajando con todos los involucrados para tratar de conseguirlo”, reiteró.
“Necesitamos Groenlandia. Creo que lo vamos a conseguir. De una forma u otra, lo vamos a conseguir”, dijo
También se refirió expresamente al canal de Panamá, insistiendo en que quiere “recuperarlo” y ha agradecido tener “al mando” a su secretario de Estado, Marco Rubio. “Buena suerte, Marco”, le deseó, antes de bromear. “Ahora sabemos a quién echarle la culpa si algo sale mal”. Trump no ha hecho ninguna mención a Cuba, ni siquiera como guiño a Rubio.
En cuanto a Ucrania, que ha protagonizado la actualidad desde que el pasado viernes Trump y su vicepresidente acorralaran al mandatario Volodimir Zelenski en la Casa Blanca, dijo haber recibido una carta de este diciendo que está listo para retomar las negociaciones para poner fin al conflicto tras la invasión rusa en febrero de 2022, lo que incluye firmar “el acuerdo sobre minerales y seguridad”.
Trump afirmó que Zelenski está dispuesto a “sentarse a la mesa de negociaciones lo antes posible para acercar una paz duradera”. El presidente republicano se ha mostrado agradecido por la misiva, antes de señalar que “al mismo tiempo, hemos tenido conversaciones serias con Rusia y hemos recibido fuertes señales de que están listos para la paz”.
“Millones de ucranianos y rusos han muerto o resultado heridos innecesariamente en este conflicto horrible y brutal, sin un final a la vista”, ha lamentado.
El presidente estadounidense también ha dejado clara la guerra cultural que libra en el país. Estados Unidos “ha dejado de ser woke“, afirmó, presumiendo de haber sacado a “los hombres de las competiciones deportivas de mujeres”, haber convertido en política de Estado que “solo existen dos sexos” y de estar “protegiendo” a los menores al eliminar “el apoyo a la ideología de género y de equidad divisivas y radicales”.
Trump aprovechó para pedir al Congreso que criminalice las operaciones quirúrgicas para el cambio de sexo en menores de edad. “Quiero que el Congreso apruebe un proyecto de ley que prohíba y penalice permanentemente los cambios de sexo en los niños y ponga fin para siempre a la mentira de que todo niño está atrapado en el cuerpo equivocado”, clamó. Estas medidas ya se han topado con varias decisiones judiciales en contra.
El presidente estadounidense también ha dejado clara la guerra cultural que libra en el país. Estados Unidos “ha dejado de ser woke”, afirmó
Al discurso –donde no faltó el multimillonario Elon Musk, vestido con traje, y en el que se habló de recortes de impuestos para “todos”– acudieron una treintena de congresistas demócratas vestidas de rosa como mensaje feminista contra el presidente, condenado por varios delitos sexuales. Media docena de hombres las apoyaron luciendo corbatas del mismo color y otros tantos llevaron los colores de la bandera de Ucrania.
El demócrata Al Green fue expulsado por el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, tras interrumpir en varias ocasiones el discurso de Trump gritándole: “No tiene atribuciones”.
Previo a la ovación final, el presidente remató su discurso con una promesa: “Mis compatriotas estadounidenses, prepárense para un futuro increíble porque la era dorada de Estados Unidos recién comienza. Será como nada que se haya visto antes. Gracias, Dios los bendiga y Dios bendiga a Estados Unidos”.
