La pregunta es si a partir de ahora el café de la bodega tendrá un mayor porcentaje de mezcla, o se le añadirán otros sucedáneos ante la carencia de chícharos.
En una revelación que ha sorprendido a muchos cubanos, el director de la Torrefactora de Sancti Spíritus, Ricardo Pérez Pérez, ha asegurado que están llevando a cabo pruebas de explosión en cafeteras criollas para garantizar la seguridad y la calidad de su café, que forma parte de la canasta básica familiar normada hasta diciembre en la provincia.
En una entrevista con Escambray, Pérez Pérez destacó el compromiso de su torrefactora para asegurar que el café que producen cumple con las exigencias de calidad y seguridad. A pesar de que la tecnología que utilizan puede considerarse obsoleta, la calidad del café es una prioridad. Para lograrlo, realizan varias pruebas de explosión en cafeteras criollas, que son las más utilizadas por los consumidores en Cuba.
El director de la UEB torrefactora aseguró que todas las pruebas de explosión resultaronn positivas hasta ahora, lo que según su punto de vista ya garantiza que el producto cumple con los estándares necesarios para no obstruir las cafeteras criollas y prevenir accidentes domésticos potencialmente graves.
Cada lote de café que sale de la UEB se somete a estas pruebas de explosión en cafeteras criollas. En el laboratorio, utilizan cafeteras criollas para llevar a cabo estas pruebas y, al mismo tiempo, los catadores evalúan la calidad del café. Estas medidas aseguran que el café se ajusta a los estándares de calidad y seguridad.
Dificultades con el empaquetado
Pérez Pérez también señaló que han tenido problemas con el envase de polipropileno utilizado habitualmente para la distribución del café. Como solución, han comenzado a envasar el café en polietileno, aunque este material no permite la rotulación de la etiqueta. A pesar de este cambio, el café es el mismo de siempre, conocido como “Hola,” una mezcla compuesta por un 50% de café y un 50% de chícharo (115 gramos por paquete).
Esta noticia surge en medio de la preocupación por la escasez de café en Cuba. La falta de materias primas y la ruina de empresas estatales cafetaleras han generado graves problemas en la producción de café en el país. A pesar de esta situación, el café sigue siendo demandado por la población, y la escasez genera ansiedad en muchos cubanos.
Además, no se han proporcionado cifras sobre la producción de café en grano destinada a la exportación ni sobre las ganancias que genera el café cubano de alta calidad. La productividad del café para el consumo interno también ha disminuido a lo largo de los años. En este contexto, el consumo de una infusión hecha con una planta conocida como “platanillo” se ha vuelto popular como una alternativa al café tradicional.