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“Sin comer, ni tomar agua”: así fue el naufragio de dos cubanos

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“Sin comer, ni tomar agua”: así fue el naufragio de dos cubanos
“Sin comer, ni tomar agua”: así fue el naufragio de dos cubanos

MIAMI.-Carlos Francisco, un gastronómico que lleva apenas tres años como pescador, nunca imaginó que una salida rutinaria lo llevaría a la deriva junto a un joven desconocido. Durante casi una semana experimentaron la desesperanza de un naufragio.

“Me fui a las 12 de la noche del jueves 16 de enero y pensé: ‘esto es rápido, en la mañana estoy de vuelta’, pero todo se complicó”, relató al periódico matancero Girón. Su plan de pesca en la bahía de La Habana cambió drásticamente cuando sus patas de rana se rompieron y un joven, que también se encontraba en el agua pescando, se acercó para ayudarle. Sin embargo, la corriente y el viento en contra los arrastraron mar adentro, sin que pudiesen evitarlo.

La lucha contra la corriente y el cansancio

Ambos pescadores, sin apenas conocerse, se vieron atrapados en una situación que solo empeoraba con el tiempo. “No nos conocíamos de antes, aunque lo había visto alguna vez en Playa del Chivo”, mencionó Carlos Francisco Rodríguez.

Como es más seguro pescar en pareja, Carlos lo hacía habitualmente con un albañil vecino, pero esa noche estaba solo cuando el joven se le acercó. El muchacho lo había visto anteriormente con dos peces agujas de gran tamaño y quería aprender cómo capturarlos.

Sin embargo, el destino les deparaba una semana de horror. Sin que pudiesen controlarlo, la corriente los empujó más allá de la costa. Se alejaban y se alejaban sin que hubiese una lancha a la vista que pudiera rescatarlos. Ellos tampoco tenían la experiencia para reaccionar a semejante reto. “Nos vencieron la corriente y el cansancio”, recordó.

Supervivencia en alta mar

Cuando pensaban que no podía empeorar, la embarcación de Rodríguez comenzó a abrirse y quedó inutilizada. Entonces ambos tuvieron que compartir un solo bote, soportando una semana en el mar sin agua potable ni comida. “Siempre llevo un galón de agua, pero ese día no, porque pensé regresar rápido”, lamentó.

Al otro día de estar a mar abierto, tiró un anzuelo pelado y tuvo suerte:  se enganchó un dorado. “Con el cuchillo le sacamos la bandita, lo pusimos en el corcho para que se secara un poco, y así crudo nos lo comimos. Él comió más, incluso la huevera, yo me asqueé. Incluso, él tomó agua salada” cuenta refiriéndose al chico que lo acompañaba en el naufragio.

Para hacer más dramática la situación, los pescadores estaban rodeados de tiburones y no podían tocar el agua. “Tú veías los bonitos saltando y las aletas en el agua”. 

Sin embargo, no eran los tiburones lo que lo asustaban. “Más miedo tenía a morir ahí deshidratado, que mordido por un tiburón”.

Mientras tanto, sus familiares en tierra pedían campañas de oración en redes sociales y se aferraban a la esperanza de que aparecieran con vida.

Días interminables y una luz de esperanza

Las noches eran las más difíciles del naufragio. “Nos mojaban las olas, sentíamos que venían y ¡paf!”, explicó. Los días transcurrían mirando el horizonte, haciendo señales desesperadas a los cruceros que pasaban sin notar su presencia. La desesperación llevó al adolescente a pensar en rendirse, pero Carlos Francisco no lo permitió: “Me dijo que quería tirarse la soga, que ya no daba más. Y yo no lo dejé desistir”.

Finalmente, tras días de incertidumbre, la corriente los acercó a un buque cerca de las Bahamas. “Detectamos una luz y nos impulsamos con las patas de rana chiquitas, hasta que gritamos ‘¡Auxilio!’. Nos lanzaron una soga salvadora”, recordó emocionado.

El rescate los llevó de vuelta a Matanzas, donde recibieron atención médica en los hospitales provinciales. Aún afectado por la experiencia, Carlos Francisco reflexiona sobre el peligro que enfrentó. “Lo más grave que me había pasado antes era que la corriente me arrastrara un poco, pero esto fue diferente”, admitió. Ahora, aunque asegura que evitará volver al mar, no descarta que, si la necesidad lo obliga, tendrá que regresar. “Eso sí, con mucho respeto”, concluyó.

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