SAN LUIS POTOSÍ, México.- El techo del Museo de Arte de Matanzas (MAM) Lorenzo Padilla Díaz colapsó en fechas recientes, luego de haber permanecido más de un año con un daño estructural severo que no ha podido ser enmendado por trabas burocráticas y déficits de presupuesto, según trascendió en un reportaje del medio local Girón.
Con unas 2.000 piezas que incluyen una colección de arte africano -la más valiosa del país- y grabados de Rembrandt, el inmueble sito en la calle Contreras, que contiene también las oficinas del Registro de Bienes Culturales, cerró luego de que un pedazo de techo “cediera”.
Los directivos del museo habían advertido del lamentable estado constructivo del edificio decimonónico desde finales del 2023, según dijo a Girón Jenny Páez Morales, especialista en museología del centro.
“El derrumbe ocurrió en silencio y por la morosidad, según ella, de algunas entidades responsables de velar por su conservación”, refiere la nota.
Al localizarse el probable derrumbe, en la zona que contenía las oficinas del Registro, estas debieron reubicarse en las salas de exposición permanentes del Museo de Arte, limitando todavía más el espacio disponible para las piezas.
Bielka Cantillo González, directora provincial de Patrimonio, confirmó que una plaga de termitas debilitó la estructura y provocó la caída del techo.
“La estrategia de recuperación se trazó desde la postrimerías del 2023 y se habló de apuntalar para evitar un derrumbe”, dijo. Sin embargo, debieron esperar al año siguiente para solicitar presupuesto y ejecutar cualquier acción constructiva.
“Demoró mucho. Las maderas fueron compradas en San Miguel de los Baños. Se coordinó con la persona que iba a buscarlas en un camión y la que llevaría a cabo el apuntalamiento. Pero lo que tardó mucho, demasiado, fue la autorización para el combustible”, añadió Jenny Páez Morales.
Este año, aunque consiguieron los pilares, no tenían el tamaño suficiente para la altura de la edificación, y debieron pedir unos más largos. “Desde entonces hasta la fecha del derrumbe transcurrieron aproximadamente cuatro meses, y no se pudieron trasladar hasta Matanzas por la falta de petróleo, unos 70 litros”, precisó el texto.
“Yo quería este año apuntalar y mandar a hacer una nueva cubierta de viga y losa. Con la situación actual del país, no puedo mandarla a fabricar, porque no hay acero ni cemento. Nos rebajaron nuestro financiamiento en un 50%. El dinero de un año no alcanza para demoler y reconstruir a la vez”, concluyó la directora provincial de Patrimonio.
Aunque les acaban de conceder una nueva sede en la Calle Medio, el sitio requiere de una “reparación capital”, “si bien ya está en sus primeras etapas de desarrollo; es decir, han retirado los escombros de su interior y limpiado un poco”.
Además, precisaría de una “gran inversión” para poder acomodarlo a las necesidades del Museo de Arte Moderno y con el presupuesto que le asignan cada año su culminación tardará. “Se realizará la reparación de a poco, un centavo por aquí, un centavo por allá”.
Estos lugares de memoria que son los museos agonizan en Cuba pese al esfuerzo personal de quienes salvaguardan el patrimonio cultural. A inicios de este año, las autoridades reconocieron que al menos 64 museos estaban cerrados y otros 61 monumentos estaban en peligro.
Según una reunión del “Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, por la conservación y las puertas abiertas”, el déficit de equipamiento, materiales e insumos para su conservación y restauración impide mantenerlos abiertos al público.
