LA HABANA, Cuba.- La Dirección de Asociaciones del Ministerio de Justicia de Cuba (MINJUS) invalidó la expulsión del ex Gran Maestro, Mario Alberto Urquía Carreño, del Supremo Consejo y de la Gran Logia de Cuba.
De esta manera, dispuso su restitución en el cargo del que fue removido por los masones tras el robo de 19.000 dólares, acaecido en su oficina a inicios de enero del presente año.
La información trascendió mediante una misiva del MINJUS dirigida al Soberano Gran Comendador, José Ramón Viñas Alonso, a la que tuvo acceso CubaNet.
A fines de enero del presente año y tras el robo del dinero perteneciente al Asilo Nacional Masónico, el Supremo Consejo del Grado 33 para la República de Cuba –una de las dos potencias que rigen la Masonería en la Isla–, por votación unánime de la Alta Cámara, decretó la expulsión del Gran Maestro “dada las graves conductas analizadas, que son clara muestra de traición al faltar al juramento y lealtad prestado a los principios fundamentales de este Supremo Consejo”.
La Legislación del Supremo Consejo permite la expulsión directa de un miembro por parte de la Alta Cámara del Rito (Grado 33), la cual funciona en estos casos también como órgano judicial.
Sin embargo, el MINJUS considera que era un “Tribunal Superior” el que debía procesar a Mario Urquía, y alega que se violaron sus derechos a disfrutar del debido proceso y la presunción de inocencia.
“En todo el proceso suscitado hasta la fecha advertimos violaciones de derechos que le vienen reconocidas desde nuestra Carta Magna como ciudadano cubano en primer orden, hasta las reguladas en normas internas de los cuerpos masónicos aludidos”, dice la misiva.
De esta manera, el MINJUS invalida la expulsión de Urquía del Supremo Consejo. Por tanto, anulan igualmente su expulsión de la Gran Logia, ocurrida a fines de marzo.
Expulsión de la Gran Logia
El pasado 24 de marzo, los representantes de las más de 300 logias del país habían expulsado a Urquía, impidiéndole abrir y presidir la sesión semestral de la Alta Cámara masónica (Poder Legislativo).
Los masones se basaban en la “ilegalidad” con que desempeñaba su cargo el Gran Maestro desde que el 25 de enero fuera expulsado por el Supremo Consejo del Grado 33 para la República de Cuba (el que dirige los grados filosóficos, del 4 al 33). Entre la Gran Logia (grados simbólicos, del 1 al 3) y el Supremo Consejo existe un Tratado de Amistad y Mutuo Reconocimiento en virtud del cual, si un masón es sancionado o expulsado en una de esas instancias, la otra parte debe acatar la misma sanción.
Ese día asumió la Gran Maestría Juan Alberto Kessel Linares, a quien poco después el propio MINJUS le suspendió las actividades oficiales hasta investigar lo sucedido.
Por otra parte, el MINJUS consideró “improcedente” la expulsión de Urquía de la Gran Logia y, por tanto, “no se valida la misma”.
De tal forma, solo reconoce como Gran Maestro a Mario Alberto Urquía Carreño quien, desde este momento, vuelve a ser el Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba por imposición del gobierno.
CubaNet conoció que este miércoles Mario Urquía ya había asistido al edificio de la Gran Logia para retornar a su cargo.
Absuelto pese a varias denuncias en su contra
En febrero último, dos masones acusaron a Mario Urquía a nombre del Patronato del Asilo y el Director del Asilo Nacional Masónico por los delitos de “incumplimiento del deber de preservar los bienes de entidades económicas” (Artículo 303 del Código Penal) e “incumplimiento del deber de denunciar” (Artículo 204).
La parte acusadora se basó en que, aunque Urquía Carreño hizo la denuncia del robo del dinero en su oficina, lo hizo casi una semana después y por exigencia del Patronato del Asilo, y habría manifestado intención de ocultar el delito.
A una semana de su expulsión, Urquía también fue acusado ante las autoridades cubanas por apropiación indebida de 2.360 dólares que le fueron entregados al inicio de su Gran Maestría, en marzo del pasado año.
Sobre los cargos en su contra, el MINJUS solo hace referencia a la denuncia por el robo de 19.000 dólares, realizada por el propio Urquía, pese a constituir el principal sospechoso. Al respecto, dicen: “No ha sido instruido de cargos, ni se ha puesto a disposición de la Fiscalía y fue concluido como caso sin lugar”.
Una intromisión
Desde que se transmitiera la decisión del MINJUS, en los grupos de masones se ha expresado un rechazo total a la restitución de Mario Urquía, así lo aseguró a CubaNet un masón consultado y que solicitó el anonimato.
“Es una intromisión en nuestros asuntos internos por parte del gobierno. Ahora vendrá con más fuerzas, a terminar la obra de la Seguridad del Estado: dominar a los masones y deshacerse de todos aquellos que le somos incómodos a la dictadura”, afirmó.
Otro masón entrevistado opinó que estamos ante “la mayor muestra de fuerza y de imposición que ha tenido el gobierno con los masones desde 1959”.
“Si antes era una sospecha la manipulación de la Seguridad del Estado, esta es la confirmación. Han puesto al frente de la Gran Logia al hombre de su confianza, al tipo que se ha plegado totalmente a sus intereses”, añadió.
Sin fundamento legal
Otra fuente comentó que las justificaciones emitidas por el MINJUS no tienen fundamento legal (masónico), más allá de las imposiciones del Estado sobre la Fraternidad masónica amparadas en la Ley de Asociaciones.
“El Registro de Asociaciones tiene la facultad de velar por el cumplimiento de la ley, pero no para imponernos nada, menos a un Gran Maestro que fue expulsado por traición a nuestros principios”, señaló.
“Nos han impuesto a un Gran Maestro, quieren dirigir abierta y directamente a la Masonería, y esto es algo que no tiene precendentes en la historia universal”, afirmó otro masón.
Una de las fuentes declaró: “De los masones depende dejarse meter este pie o defender nuestra autonomía y libertad. No podemos permitir esta manipulación en una institución de tanto prestigio como la nuestra. Sería el fin de la Masonería en Cuba, nos convertiríamos en una extensión más de este sistema”.
El masón, historiador y reconocido opositor cubano Gustavo Pardo, afirmó que la decisión de las autoridades puede desembocar en “hechos muy lamentables para la Fraternidad cubana, incluyendo el cese en el cargo del actual Soberano Gran Comendador y hasta la posible irregularidad del Supremo Consejo del Grado 33”.
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