AREQUIPA, Perú – El régimen cubano envió una auditoría al mercado mayorista chino, denominado China Import, ubicado en el Cerro. En la intervención se detectaron varias irregularidades que desembocaron en el cierre del establecimiento tras apenas unos dos meses de su apertura.
Una nota informativa del Gobierno de La Habana, citado por el medio estatal Cubadebate, indica que la “acción de control” se decidió a partir de “opiniones, quejas de la población y otros elementos divulgados en redes sociales”.
El mercado, con dirección en Manglar entre Oquendo y Nuevo Pilar, se hizo popular tras su inauguración por ofrecer una amplia variedad de productos. Las compras en el local estaban reguladas en cantidades mínimas según el tipo de artículo, con un gasto no menor a 50 USD.
Según el comunicado, el negocio era operado por una persona trabajadora por cuenta propia de la provincia Santiago de Cuba, a partir del arrendamiento de un antiguo almacén de la Empresa Suchel de la Industria Ligera.
“En la inspección, iniciada por el Ministerio de Comercio Interior, de conjunto con la Dirección Provincial de Comercio de La Habana, se constataron violaciones de las normas vigentes para ejercer el trabajo por cuenta propia”, señala el texto.
Entre las violaciones más graves que apunta el Gobierno se detectaron ventas de mercancías en dólares, productos a la venta sin precios visibles, no habilitación de las pasarelas de pago electrónico establecidas, contratación ilegal de fuerza de trabajo y participación como trabajadores de ciudadanos extranjeros, incumpliendo las condiciones de estancia en el territorio nacional.
“Sobre la base de estas irregularidades se determinó la paralización de la actividad comercial y ampliar el alcance del control, incluyendo la fiscalización al cumplimiento de las obligaciones tributarias”, resalta el reporte.
Asimismo, la nota oficial subraya que durante la investigación se identificaron significativas inconsistencias entre el importe de los impuestos pagados y los volúmenes de operaciones realizadas, esencialmente las asociadas a la importación de mercancías, lo que unido a la inexistencia de registros contables y al empleo de cuentas bancarias personales para el manejo de los fondos del negocio, “constituyen indicios del delito de evasión fiscal”.
La intervención también advirtió que en este proceso existieron insuficiencias en la función de control de las autoridades administrativas implicadas, quienes no detectaron las irregularidades existentes en la etapa de aprobación y ejecución de la actividad comercial, “ante lo cual se depuran responsabilidades para aplicar las medidas correspondientes”.
Con el cierre de China Import, el régimen cubano justifica el perfeccionamiento realizado al marco regulatorio para las formas de gestión no estatal y sus relaciones con el sector estatal.
En ese sentido, el comunicado destaca la “necesidad de fortalecer los mecanismos de control y la exigencia por las responsabilidades administrativas y empresariales” a los privados en la Isla.
