La fulminante destitución del ministro de Economía del régimen cubano, Alejandro Gil, a días de implementarse un impopular paquete de reformas, ha dejado perplejos a algunos analistas y provocó reacciones de alivio por parte de residentes en el país así como escepticismo en sectores del exilio.
“Por fin. Este hombre es un completo desastre. Bajo su dirección el peso pasó de 25 por un dólar a casi 300. Desabasteció las tiendas en moneda nacional y nos obligó a comprar en dólares, o más bien en MLC una moneda que no existe. Es un buen cambio. Esperemos que el próximo no sea peor”, dijo Damaisys Cabrera, una profesora jubilada en Cienfuegos.
El gobierno cubano anunció que el sustituto de Gil, quien también fue defenestrado como viceprimer ministro, será Joaquín Alonso Vázquez, actual Ministro Presidente del Banco Central de Cuba.
Alonso Vázquez, de 60 años de edad, trabajó con anterioridad en el Banco Central de Cuba, en la cadena de tiendas Cubalse y en las casas de cambio que el régimen tiene en toda la isla.
“Esto es más de lo mismo. Están tratando de calmar los ánimos de la gente porque saben que el pueblo no aguanta una mentira más”, dijo Javier Roque, de San José de Las Lajas. “Han acabado con este país y ahora quieren echarle la culpa a Gil. La soga siempre se rompe por el lado más débil”, agregó.
Un funcionario que pidió no ser identificado por temor a represalias reaccionó a la destitución con sorna. “Es ridículo que el gobierno quiera proteger a los vulnerables”, dijo refiriéndose al discurso oficial sobre los cambios a los que los cubanos llaman “el paquetazo”.
“El más vulnerable de Cuba es el gobierno”, añadió.
Desde La Habana, el comunicador y disidente Julio Aleaga Pesant dijo a Martí Noticias: “Hay que percibir que estos cambios tienen que ver con una parálisis que hay dentro del Gobierno, porque el gobierno no ve la solución, porque no tiene proyecto y eso le produce miedo, no saben qué hacer, no tienen un proyecto de cómo salir de la actual crisis”, afirmó el periodista.
“Pero todas estas movidas que ahora debe haber, supongo yo, una gran alegría popular porque han quitado a Gil Fernández, pero también se ha ido Sobrino (Manuel Santiago Sobrino Martínez), el ministro de Industria Alimentaria, que es un tipo detestable; pero también se ha ido la gobernadora de Santiago de Cuba, aunque le han dado otras tareas, implican una crisis grave dentro de la élite. La élite no tiene proyecto, la élite no tiene base social para lanzarse. La élite tiene miedo y estos cambios pueden llevar a nada”, concluyó el Aleaga Pesant.
Ante de su destitución, Gil había esbozado un plan para hacer fuertes recortes en el gasto social, anunció la intervención del mercado informal de divisas y el aumento en el precio de la electricidad, el agua, la gasolina y el transporte, entre otras medidas impopulares.
“El paquetazo”, como los cubanos llaman a las medidas de ajuste económico, debían comenzar este primero de febrero pero a última hora el régimen decidió suspender la arrancada aduciendo problemas técnicos por un supuesto hackeo desde el exterior en su red de ventas de combustible.
El movimiento ha sido tomado como un mensaje positivo en algunos sectores del exilio. Otros, lo ven con escepticismo.
“Ante el descalabro de la economía cubana el régimen está buscando chivos expiatorios. Esto muestra la falta de respuestas de la dictadura ante la crisis causada por ellos mismos y las profundas divisiones en su seno”, dijo Orlando Gutiérrez Boronat, quien preside el Directorio Democrático Cubano.
“Que tomen nota los jefes militares y los técnicos civiles: el clan Castro-Canel no le es leal a nadie y sacrificará al que sea para mantenerse en el poder”, añadió.
Para el ex congresista Joe García, partidario de la flexibilización de sanciones al régimen cubano, “el cambio y la adopción de un sistema más coherente en el mundo moderno, viene”.
“Puedes pagar el precio ahora, o un precio mucho más alto luego, pero el cambio viene”, dijo.
García ve con buenos ojos los ajustes económicos iniciados por el régimen de Díaz-Canel. “La gasolina en Cuba es extremadamente barata, por ejemplo. Ese tipo de subsidios no se pueden sostener”.
El economista Omar Everleny, por su parte, cree que “no se dieron los resultados esperados, se ha decidido sustituir a funcionarios de las áreas más afectadas”.
“La pregunta radica en si los nuevos cuadros son los más adecuados para los cambios que necesita el país, y si tienen suficiente experticia en temas relacionados con la macroeconomía”, dijo desde La Habana.
Juan Antonio Blanco, del think tank “Cuba siglo 21” se trata de un “truco” de relaciones públicas.
“Hacer rodar una cabeza no va a aplacar la ira de la gente. Nada funciona, no solo lo que estaba bajo responsabilidad de Gil. En 2024 la mecha es corta y sigue encendida. No van a evitar las explosiones sociales tirando a Gil a los leones del circo”, dijo.