SLP, México-. Abu Mohammed Al-Julani fue el líder de la insurrección que derrocó el régimen del dictador sirio Bashar Al-Assad este domingo. El opositor se presenta como un defensor del pluralismo y la tolerancia y ha dejado atrás su nombre de guerra para retomar el suyo propio, Ahmad Al-Sharaa.
Durante años, Al-Julani, que apuesta por la construcción de un Estado, ha trabajado para rehacer su imagen pública, renunciando a sus antiguos vínculos con Al-Qaeda.
El líder, de 42 años, ha consolidado su poder mientras permanecía en la provincia de Idlib, en el extremo noroeste de Siria, cuando el dominio de Al-Assad sobre gran parte del país parecía sólido.
Al-Julani y su pasado en Al-Qaeda
En 2003, cuando Estados Unidos desplegó sus tropas en Irak para derrocar a Saddam Hussein, Al-Julani atravesó la frontera oriental hacia el país vecino para combatir a los estadounidenses, según refiere El País.
Fue entonces que inició su vínculo con la rama iraquí de Al-Qaeda. De acuerdo con el medio catarí Al Jazeera, Al-Julani estuvo al frente de Jabhat al Nusra, grupo armado yihadista que estaba vinculado orgánicamente a Al-Qaeda.
El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció entonces una recompensa de hasta 10 millones de dólares por información que condujera a su captura, afirmando que su grupo había “llevado a cabo múltiples atentados terroristas en toda Siria”.
Sin embargo, en 2013 se negó a jurar fidelidad a Abubaker Al Bagdadi (que estaba al frente del grupo yihadista Estado Islámico de Irak), y favoreció al líder de Al-Qaeda, Ayman al Zawahiri, con quien tres años más tarde rompió vínculos.
Al-Julani concentró entonces sus acciones en la guerra al ejército sirio, el enfrentamiento a otros rivales y la conquista del territorio en torno a Idlib, Hama y Alepo.
Desde 2016, se ha posicionado a sí mismo y a su grupo como “cuidadores” de una Siria liberada de Al-Assad, que reprimió brutalmente un levantamiento popular durante la Primavera Árabe en 2011, que desató una larga guerra.
Su Gobierno de Salvación
En 2017, tras firmar alianzas con distintos grupos, Al-Julani creó la organización islamista suní para la Liberación del Levante: Hayat Tahrir al Sham (HTS).
Desde entonces, dirigió Idlib a través del Gobierno de Salvación Sirio, cuyo objetivo es proporcionar servicios civiles, educación, sanidad, un poder judicial e infraestructuras al pueblo, así como gestionar las finanzas y la distribución de ayuda.
El derrocador de la dictadura siria se ha referido a su intención de descentralizar el poder para reflejar la diversidad del país.
“Siria merece un sistema de gobierno que sea institucional, no uno en el que un solo gobernante tome decisiones arbitrarias”, dijo en una entrevista con CNN la semana pasada, ofreciendo la posibilidad de que HTS acabe disolviéndose tras la caída de Al-Assad.
En esa conversación, donde tomó distancia de los grupos terroristas suníes como ISIS y Al-Qaeda, dijo: “La gente que teme la gobernanza islámica o bien ha visto implementaciones incorrectas de la misma o no la entiende correctamente”. Y añadió: “Estas sectas han coexistido en esta región durante cientos de años, y nadie tiene derecho a eliminarlas”.
Este domingo, Al-Julani apareció entre la multitud en la Gran Mezquita de los Omeyas de Damasco, la capital siria.
“Al-Assad dejó a Siria como una finca para las ambiciones iraníes, y propagó el sectarismo y la corrupción”, proclamó Al-Julani en una alocución desde el interior del templo, donde fue recibido por una multitud de fieles.
El vertiginoso avance de la oposición se produjo tras 13 años de guerra, que también puso fin a más de medio siglo de gobierno de la familia Al-Assad.