MIAMI:- Julio César Guerrero Batista, padre de uno de los reclutas fallecidos a raíz de la explosión del almacén militar de Melones (Holguín), compartió una emotiva publicación al cumplirse un mes del siniestro que terminó con la vida de su hijo.
Guerrero Batista —padre de José Carlos Guerrero Gracía, uno de los 13 declarados oficialmente fallecidos— escribió en su cuenta de Facebook: “Ya hace más de 30 días que unos incompetentes en una oficina dieron la orden de acabar con la vida de nueve niños y cuatro oficiales de la unidad militar de Melones, en Holguín”, inicia el escrito.
“Solo pido que tenga una larga vida ese alto mando de incompetente para que no puedan dormir ni de día ni de noche por el atroz asesinato de todas esas vidas inocentes, llenas de sueños y planes”, expresó Guerrero quien añadió que a los muchachos se les negó crear un hogar, crecer y convertirse en padres.
En declaraciones exclusivas a este medio, el padre del joven especificó que no se han estado haciendo búsquedas para recuperar los cuerpos y que han amenazado con cárcel a quienes filtren información sobre lo ocurrido en el almacén militar.
“Los muchachos entraron y salieron con vida de los túneles, pero los mandaron de nuevo a entrar por orden del alto mando. A esa hora ya estaban los bomberos y muchos militares con experiencia, pero mandaron a los inocentes niños”, contó Julio César a Cubanet.
Guerrero Batista es padre de otro adolescente en edad de reclutamiento, pero al haber muerto José Carlos, el menor de los hermanos obtuvo la baja del Servicio Militar.
“Después de lo que pasó, los demás muchachos del Servicio que estaban en esa unidad de Holguín los mandaron para sus casas, pero mi hijo ya estaba muerto”, declaró Guerrero Batista
Tras varios días de supuesta investigación, el siete de enero se determinó que la causa probable del accidente había sido un fallo eléctrico debido a un cortocircuito dentro de la instalación. Según la nota oficial, las explosiones resultantes generaron un entorno “extremadamente complejo”, con gases acumulados, daños estructurales severos y riesgo de derrumbes, lo que ha impedido acceder al sitio donde se encuentran las víctimas que “enfrentaron el siniestro para evitar su propagación”.
Entre los fallecidos, nueve eran jóvenes reclutas del Servicio Militar sin la experiencia para manejar una emergencia de esta índole y forzados a estar allí por la obligatoriedad del Servicio Militar.
La escueta nota de ese momento solo agregó que sus familiares habían sido informados y continuaban las acciones de investigación en el lugar de los hechos, pero las familias lo desmienten.
