Mercados en dólares, como el recién inaugurado en La Habana, abrirán gradualmente en toda la isla como parte del proceso de “dolarización parcial” de la economía cubana, dijeron el miércoles las autoridades.
En un país con un salario mínimo de 2,100 pesos y donde la mayoría de la población no tiene acceso a esta moneda, ¿que persigue el gobierno con la dolarización?
“No me sorprende esa decisión. El estado (cubano) ha operado así siempre… Utiliza un mecanismo y, cuando se agota, a los dos o tres años, pasa a un nuevo mecanismo”, dijo desde La Habana a Martí Noticias el economista y excatedrático cubano Omar Everleny.
El experto señaló que cuando el gobierno cubano creó las llamadas tarjetas en MLC (Moneda Libremente Convertible), “realmente se llenaban con dólares” y ahora las personas no pueden adquirir productos y servicios que sólo se ofertan en esa moneda. “Es absurdo”, dijo Everleny.
Esos dólares depositados en otro momento en los bancos cubanos, ya no existen, dijo el experto. El país nunca pagó a los proveedores, utilizó la moneda dura en otros fines, y se quedó sin divisas otra vez.
Cuba ha venido lidiando con un desabastecimiento crítico de productos en la red minorista de tiendas, incluidas las que venden en MLC, al parecer condenadas a desaparecer con el surgimiento de los mercaditos en dólares.
Una de las críticas de la población tras la apertura en La Habana de la primera de estas tiendas en dólares, el mercado de 3ra y 70, apuntaba a que la abundancia y variedad de productos disponibles allí contrastaba con los estantes vacíos, a escasos metros del lugar, del antiguo comercio del mismo nombre, con venta en MLC.
“Cogieron esos dólares iniciales de las tarjetas MLC, compraron otras cosas, pagaron otras cosas, y no le pagaron a los provedores, y ahí se ve la escasez que hay en las tiendas en MLC. No hay ningún motivo para que las tiendas en MLC estén desabastecidas con respecto a las nuevas tiendas” porque desde un principio de abastecieron con productos adquiridos, precisamente, en esa moneda, apuntó el economista.
Al anunciar la medida en el programa Mesa Redonda de la televisión estatal, Ernesto Martínez, vicepresidente primero de la corporación Cimex, que pertenece al conglomerado militar GAESA, dijo que estas tiendas en dólares abrirán “de manera gradual” en la forma de “mercados pequeños que sean fáciles de abastecer”.
Para su implementación, señaló Martínez en declaraciones en la televisión estatal, se ha contado con “el consenso de Cimex y las Tiendas Caribe”, estas últimas, también bajo la sombrilla de GAESA.
“¿Quiénes se benefician con esta medida? Los mismos de siempre, los que han manejado dólares, porque la población no participa de ninguna manera en este circuito”, dijo Everleny.
El país tiene una carencia de divisas y el camino más rápido para lograr suplir esa carencia es aceptar de nuevo el pago en dólares, la moneda que familiares en la isla reciben usualmente como remesa de los cubanos emigrados.
La dolarización extensiva de la economía es la evidencia más clara del carácter rentista del Estado cubano, afirmó el experto. “En vez de concentrarse en desarrollar la producción, está tratando de ver cómo saca partido a los dólares que circulan” en el país.
La medida no resolverá el problema de la devaluación del peso cubano, y la tasa de cambio informal va a seguir siendo elevada, señaló Everleny, si el estado no crea “un mercado de bienes y servicios a las nuevas Mipymes (Micro, pequeñas y medianas empresas)”, y si no clarifica si le va a vender los dólares o no.
¿Dolarizar para desdolarizar?
El también economista Pedro Monreal opina que en Cuba hay dolarización porque el fracaso del llamado Ordenamiento Económico impide que el peso cubano pueda cumplir adecuadamente las funciones básicas de una moneda nacional.
“Más que hablar del dólar, deberían explicar qué hacen para fortalecer el peso”, señaló el miércoles en un hilo en la red social X.
“La dolarización en Cuba expresa preferencia de política económica de encauzar directamente ingresos familiares en divisas (en alto % remesas) hacia entidades estatales (y asociadas) privilegiadas por el poder político a costa de fragmentar el mercado interno”, añadió.
Este jueves, el economista criticó la forma en que las autoridades trataron el tema en la televisión estatal.
“La mesa redonda sobre dolarización parcial incluyó los “cuatro jinetes del Apocalipsis” de la comunicación oficial sobre la política económica en Cuba: falta de autocrítica, tergiversación, opacidad, e insolencia. Hablan de corregir distorsiones cuando las están amplificando”.
Monreal advirtió que, “después de los episodios con los CUC y corralitos”, es probable que los ciudadanos vean “como un descaro” la afirmación de que las cuentas de la población en MLC no desaparecen y que los bancos cubanos “mantienen sus obligaciones con los clientes”.
El experto concluyó que el gobierno cubano “exagera los supuestos beneficios y relevancia de una “dolarización parcial”, sin aparente conexión con una reforma estructural de la economía, a la vez que presume de un programa de desdolarización que no explica”.
En un post en Facebook sobre la nueva medida, el economista Mauricio de Miranda Parrondo coincidió con Monreal.
“Se equivocan de plano al definir la captación de divisas como el objetivo de la economía nacional. No, ese es el objetivo de ellos, pero no de la economía nacional. El objetivo de la economía nacional de una país -sobre todo si se dice “socialista”, que no lo es la cubana, ni ninguna en el mundo- debería ser el incremento del bienestar de la sociedad. Pero, en cualquier caso, para mejorar el bienestar de toda sociedad es imprescindible incrementar la producción de bienes y servicios”, señaló.
De Miranda Parrondo opinó que la “dolarización parcial” es un nuevo error del Estado cubano que no conducirá a la desdolarización, como promete el discurso oficial.
“Seguirán buscando las rentas en la esfera de la circulación, como han hecho hasta ahora, dependiendo de las transferencias desde el exterior, lo cual, dicho de paso, nos ha convertido en un país mucho más dependiente”, subrayó.
El oficialismo viene empujando la dolarización de la economía desde mediados del año pasado, cuando el primer ministro Manuel Marrero anunció el regreso del uso del dólar estadounidense en el mercado interno, echando atrás una medida de 2022 que prohibía el pago en esta moneda en establecimientos del país e imponiendo el MLC.
Pero antes, en el 2020, el gobierno cubano retiró el gravamen del 10% al dólar estadounidense y abrió una red de 72 tiendas en esa moneda para vender alimentos y otros productos de primera necesidad que escaseaban en las bodegas estatales.
Este miércoles, las autoridades también anunciaron que emprenderían un programa de estabilización macroeconómica, y mencionaron que los académicos critican este plan.
“Claro que lo vamos a criticar siempre, porque no aparece (en ningún lado). ¿Cómo puede haber un programa de estabilización macroeconómica secreto que lo que trata es de resolver la situación económica en que se encuentra la economía cubana?”, se cuestionó Everleny.
(Incluye entrevista de Amado Gil para el programa Las Noticias Como Son)