MIAMI, Estados Unidos. – La primera ministra de Bangladés, Sheikh Hasina, renunció y huyó del país este lunes tras enfrentarse a protestas masivas que culminaron con manifestantes asaltando su residencia y prendiendo fuego a oficinas gubernamentales, según informaron medios internacionales.
Con su huida, Hasina puso fin a un mandato de 15 años marcado por una creciente oposición en los últimos meses.
De acuerdo con un reporte de The Washington Post, el jefe del Ejército de Bangladés, el general Waker-Uz-Zaman, anunció la renuncia de Hasina en un discurso televisado, en el cual indicó que “se formará un gobierno interino en los próximos días”.
Los enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad de Hasina se intensificaron este pasado fin de semana, con decenas de muertos solo el domingo.
Según reportes, las protestas trastornaron la vida cotidiana en todo Bangladés. La mayoría de las fábricas de ropa, pilar de la economía del país, no abrieron este lunes. Los vuelos hacia la capital, Dhaka, fueron cancelados tras el cierre del principal aeropuerto.
Multitudes de manifestantes irrumpieron en la residencia oficial de Hasina, donde saquearon muebles, artefactos y papelería. Según informes de medios locales, Hasina escapó minutos antes de que los manifestantes asaltaran su residencia y partió en helicóptero hacia la India junto con su hermana menor, Sheikh Rehana.
En declaraciones a la BBC, su hijo, Sajeeb Wazed Joy, comentó que Hasina abandonó Bangladés por su seguridad y que no tiene planes de liderar el país nuevamente. “Ella ha transformado Bangladés. Cuando asumió el poder, era considerado un Estado fallido. Hasta hoy, se le considera uno de los tigres emergentes de Asia”, dijo Wazed Joy.
Las protestas que han sacudido Bangladés durante el último mes comenzaron en oposición a una política gubernamental que reserva la mitad de los empleos en el servicio civil para ciertos grupos, pero se convirtieron en un movimiento de oposición general contra Hasina, a quien se acusa de volverse cada vez más autoritaria. Desde que asumió el cargo en 2009, ha sido acusada de manipular las elecciones y de encarcelar a opositores políticos.
El grupo International Crisis Group informó que al menos 300 personas murieron en los enfrentamientos entre ambas partes en el último mes, la mayoría “asesinadas a tiros por la Policía, paramilitares y miembros de la Liga Awami gobernante”.
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