Presos condenados por participar en las manifestaciones del 11 de julio 2021 y algunos familiares de los procesados denunciaron las precarias condiciones y el acoso por razones políticas que sufren en las cárceles cubanas, en informes al Consejo de Relatores de Derechos Humanos de Cuba.
Una de estas denuncias surge en la prisión de máxima seguridad de Kilo 8, en la ciudad de Camagüey, donde Jorge Alexis Agüero Gómez, de 33 años, está cumpliendo 10 años de condena por los presuntos delitos de desórdenes públicos y atentado.
Según refiere Agüero Gómez, no puede comer los alimentos del centro penitenciario por su mala calidad y asegura que está siendo acosado por dos reos comunes, condenados a 25 años quienes trabajan para la guarnición por privilegios.
“Yo me encuentro sin atención médica, padezco de cefalea migrañosa, de la cervical, alergias, tengo una gastritis aguda y no me hacen una placa, no me hacen un gastro, y víctima de que manden a romper mis pertenencias. Juan Miguel Sánchez Duarte, el Teniente Joan y el Mayor Kevin de la Seguridad del Estado, son los responsables de todo lo que está sucediendo”, dijo el preso político.
En el campamento de trabajo forzado El Molino, ubicado en Bayamo, provincia de Granma, se encuentra Levis González Piedra, de 36 años, cumpliendo cinco años de condena por los supuestos delitos de atentado y desórdenes públicos.
El preso político dijo que sobrevive en pésimas condiciones, tiene que trabajar obligado y de no hacerlo, sería revocado a un régimen de mayor rigor.
En ese campamento trabaja más de 12 horas diarias y los utensilios y demás, tiene que traerlos de la casa, señaló el prisionero.
“Trabajando y sin salario, chapeando. El desayuno es un pan con un poco de té de mata; el almuerzo, un poco de arroz sin grasa, malo y no llega ni a 20 gramos. No hay medicamentos en la prisión, estoy chapeando siempre con calambres en las manos y no recibo medicamentos”, denunció González Piedra.
La situación es muy tensa en el Combinado de Guantánamo con los presos del 11 de julio, explicó Jesús David Rodríguez Prevot, de 23 años, condenado a tres años y ocho meses por desórdenes públicos y desacato.
El condenado asegura que su familia no puede costear un saco de comida que le permitiría alimentarse en la cárcel. “Los familiares de nosotros necesitan algo que nos ayude económicamente para poder sobrevivir aquí, en el infierno este”, afirmó Jesús David.
En la prisión Las Alambradas de Manacas, en la provincia de Villa Clara, el preso Leonel Tristá García, de 38 años, condenado a ocho años, está en una celda de castigo, a pesar de padecer hipertensión y otras enfermedades.
“Como a él le toca la mínima, él hasta ahora no había tenido problemas ahí en Manacas, y ahora me llaman hoy con eso, que le habían dado golpes y está en la celda, el jefe de unidad lo había invitado a fajarse”, reportó la madre del preso político, Mayra García, que recibió la llamada de un compañero de cárcel.
Mientras, continúa el acoso y los maltratos en contra de las mellizas Lisdani y Lisdiany Rodríguez Isaac, condenadas a ocho años por los supuestos delitos de desórdenes públicos, desacato y atentado, por participar en la protesta del poblado de Placetas, en la provincia de Villa Clara.
Su madre, Bárbara Isaac Rojas, que acaba de acudir a la visita en la prisión de Guamajal actualizó la situación de la prisioneras políticas de 25 años: “Una está con fiebre y catarro, están llenas de dolores todas y no hay medicamentos. Le están dando para comer chícharo con gorgojos y mermelada de mango podrida, echada a perder, se lo están dando a esas muchachitas allí”.
El Centro de Documentación de Prisiones Cubanas en su informe sobre el monitoreo de violaciones ocurridas en el mes de octubre denunció que el hambre “continúa siendo una de las principales formas de maltrato” dentro de las cárceles de la isla.
“No solo afectan a los reclusos con las escasas raciones servidas por debajo de lo normado, la mala elaboración de los alimentos y su poca variedad, sino que en muchas ocasiones les dan comidas descompuestas y con gusanos. La situación es mucho más crítica en el caso de prisioneros que no reciben, debido a sus enfermedades, dietas diferenciadas por prescripción médica”, indica el reporte.
El Centro de Documentación de Prisiones Cubanas denunció la pésima alimentación en 17 prisiones de 10 provincias: La Empresita, Prisión de Mujeres Granja 5 y Kilo 7 (Camagüey), Combinado del Este, Valle Grande y Prisión 1580 (La Habana), Prisión Provincial de Pinar del Río y Combinado de la Construcción Augusto César Sandino (Pinar del Río), Prisión Provincial de Guantánamo y Prisión Provincial de Mujeres de Guantánamo (Guantánamo), Agüica y Prisión de Mujeres Bellotex (Matanzas), Boniato (Santiago de Cuba), La Pendiente (Villa Clara), Cuba-Panamá (Mayabeque), Ariza (Cienfuegos) y Prisión Provincial de Las Tunas.