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Por la mala gestión de una fábrica, se quedan sin café las provincias productoras del Oriente cubano

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Por la mala gestión de una fábrica, se quedan sin café las provincias productoras del Oriente cubano

Hace más de cuatro meses que la torrefactora Reynerio Almaguer Paz, de Holguín, no produce café. Según las explicaciones que sus directivos ofrecieron a la prensa oficial, la última vez que la fábrica molió, durante julio e inicios de agosto, fue gracias a que los productores accedieron a vender al Estado la parte del grano que les corresponde para el “autoconsumo”.

El periódico provincial ¡Ahora! reveló, además, que la situación, que mantiene sin el producto desde mayo no solo a la población de Holguín, sino también a la de Granma y Las Tunas, no podrá aliviarse hasta finales de año.

“A partir del mes de noviembre se comienza a entregar la materia prima, luego de la etapa de recolección [del grano]. En ese mes debe reiniciar la producción y posterior distribución de café. Se estudian otras alternativas para contribuir a la solución paulatina de la actual limitante, pero, hasta ahora, es noviembre la fecha que tenemos”, contó al medio el director de la torrefactora, Rider Sánchez.

El pasado julio la Reynerio Almaguer envasó 30.000 sobres de café de 250 gramos de la marca Isla Grande

El pasado julio, cuando la fábrica procesó la materia prima que los productores le vendieron, la Reynerio Almaguer envasó 30.000 sobres de café de 250 gramos de la marca Isla Grande. Pero, en lugar de aprovechar el excedente para paliar el retraso en la venta normada, la torrefactora decidió venderlos en las ferias agropecuarias que se realizan en la provincia los fines de semana por un costo “diferenciado” de 100 pesos, cuando en la canasta básica el precio por el mismo paquete es de 11 pesos.

El pretexto para no venderlo “por la libreta”, explica Sánchez, fue que el café producido no era suficiente para satisfacer la demanda. “Nuestra idea inicial era comercializarlo en las bodegas, como tantas otras mercancías que llegan por esa vía, pero la cantidad a la que pudimos acceder no abastecía ni la mitad del municipio de Holguín, por lo que se decidió venderlo en ferias”, refirió.

Sin embargo, la escasez del producto entre la población es tan drástica que el director de la industria asegura que, durante los días que comercializaron el café, lograron despachar entre 4.000 y 5.000 bolsas por semana.

Otra de las causas de la debacle en la producción, admitió el funcionario, es la burocracia que se establece dentro de la propia industria. “Es válido aclarar que el resultado de la cosecha no llega a nosotros de forma directa, pues se destina a las procesadoras de café Asdrúbal López, de Guantánamo y Rolando Ayud, de Contramaestre, en Santiago de Cuba, que son nuestras proveedoras”, explica, y añade que a través de importación –otro de los canales de materia prima– tampoco han recibido nada en lo que va de año.

Para evitar detener la industria y mandar a los trabajadores a sus casas, la torrefactora ha recurrido a “producciones alternativas”

Para evitar detener la industria y mandar a los trabajadores a sus casas, la torrefactora ha recurrido a “producciones alternativas”, aunque hasta el momento los esfuerzos no son rentables. “Fomentamos la búsqueda de productos agrícolas, como maíz, maní y arroz, para elaborar derivados de los mismos. Sin embargo, continuamos la evaluación de esta posibilidad debido al alto costo para la adquisición [de materia prima]”, cuenta Sánchez.

La industria intentó además introducirse en el mercado de la comida preelaborada y potenciar las fincas de autoconsumo. Ambas vías han sido “valoradas” sin mayores resultados. No obstante, asegura el directivo, se intenta a toda costa mantener el servicio a la población.

La falta de café no es exclusiva de las provincias orientales. Tampoco en varios barrios de La Habana, en el otro extremo de la Isla, han recibido café desde mayo, cuando llegó por última vez a las bodegas, según acreditó 14ymedio. La situación contrasta con las cifras de importación del régimen para el mes de julio, cuando el país dedicó casi dos millones y medios de dólares en comprar café en EE UU.

Por otra parte, la asociación italiana Filorosso, que financió recientemente el envío de ambulancias de uso a Santiago de Cuba, le cobra sus “donaciones” a la Isla en especie. En su página web, la organización oferta al menos una docena de productos cubanos entre los que se encuentran varios alimentos como chocolate, ron y café, todos imposibles de conseguir en Cuba a no ser a precios prohibitivos.

Un kilogramo de café en grano de la marca Frente Oriental –que se produce en Santiago pero no se comercializa en la Isla– se vende en la web italiana por 15 euros, mientras que un paquete de 250 gramos de ese producto, molido, cuesta 4,50.

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