Reportero de Miami denunció en su perfil de Facebook, una nueva polémica en el Aeropuerto Internacional de esta ciudad norteamericana, con las maletas en vuelos rumbo a Cuba.
En el Aeropuerto Internacional de Miami, pasajeros con destino a Cuba expresaron su molestia y preocupación ante la exigencia de algunos oficiales de control, especialmente en la puerta 15, de retirar el recubrimiento de nylon de los equipajes antes de ingresar a las salas de espera.
Esta medida, que algunos viajeros califican como ilegal, ha generado controversia y encendido un debate en redes sociales.
El periodista Mario Vallejo documentó el incidente en un video, mostrando cómo los oficiales del aeropuerto retiran el nylon de las maletas, una protección comúnmente utilizada por los pasajeros para evitar daños o robos de su equipaje durante el trayecto a Cuba.
«Están obligando a quienes llegan con sus equipajes ya “drapeados” o sea, envueltos en nylon, para que usen los equipos del aeropuerto. Les quitan los cobertores de nylon que traen de sus casas para obligarlos a que lo hagan en el aeropuerto. Esto no es legal y está ocurriendo ahora mismo, sobre todo en los viajes a Cuba», detalló el reportero.
Problemas con las maletas a Cuba en Aeropuerto de Miami
Ante la imposibilidad de usar sus propias envolturas, los viajeros se ven obligados a recurrir al servicio de Secure Wrap, la empresa oficial de embalaje del aeropuerto, que cobra 15 dólares por envolturas regulares y hasta 22 dólares para artículos grandes o irregulares.
Las críticas en redes sociales no se han hecho esperar, con numerosos cubanos señalando lo que consideran un abuso de autoridad y una violación de sus derechos como consumidores.
Algunos usuarios, criticaron lo que consideran un «negocio millonario» en torno a los viajes a Cuba en el Aeropuerto de Miami, donde los elevados costos y el trato a los pasajeros han sido motivo de quejas.
En respuesta a esta controversia, varios internautas han instado a la alcaldesa del condado de Miami-Dade a intervenir y revisar la legalidad de estas políticas, cuestionando la ética detrás de un “servicio forzado” que genera ingresos adicionales en detrimento de los pasajeros.