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“Nadie nos da importancia”, vecinos de Cojímar, frustrados ante abandono de las autoridades (VIDEO)

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“Nadie nos da importancia”, vecinos de Cojímar, frustrados ante abandono de las autoridades (VIDEO)
“Nadie nos da importancia”, vecinos de Cojímar, frustrados ante abandono de las autoridades (VIDEO)

El independiente Observatorio de Derechos Culturales (ODC) celebró la reapertura, después de su cierre el 28 de octubre, del Maxim Rock, pero criticó que el centro haya tenido, desde su nacimiento, un carácter restrictivo.

“El Ministerio de Cultura y la Asociación Hermanos Saíz articularon la Agencia Cubana de Rock, pero desde que surgió el Maxim Rock, surgió sesgado: Porno para Ricardo jamás pudo tocar, jamás pudo presentarse en el Maxim Rock. Mucho control, mucha presencia y monitoreo constante de la Seguridad del Estado”, indicó en conversación con nuestra redacción, Omara Ruiz Urquiola, coordinadora del ODC.

Un grupo de funcionarios de la Agencia Cubana de Rock y el Instituto Cubano de la Música (ICM) fueron sancionados, dos de ellos destituidos, luego de que un joven disfrazado de oficial nazi resultara ganador del primer premio en una fiesta de Halloween que se celebró en el centro cultural habanero.

El Instituto Cubano de la Música (ICM), entidad que dirige a la Agencia Cubana de Rock, que a su vez maneja el Maxim Rock, dijo en un comunicado tras el incidente que respalda el rock “siempre desde presupuestos inclusivos y descolonizadores, coherentes con el espíritu de absoluto respeto por la diversidad y la libertad que caracterizan a la política cultural de la Revolución”.

De acuerdo a una nota de la institución estatal, el subdirector de la Agencia Cubana de Rock fue removido de su cargo, y otros dos coordinadores quedaron separados de la dependencia.

“Se adoptaron además otras medidas disciplinarias con el director de la Agencia Cubana de Rock y con tres directivos del Instituto Cubano de la Música, responsabilizados con la aprobación, evaluación y control de la programación cultural”, apuntó el ICM en su cuenta de Facebook.

“El Maxim Rock, incluso, ya estuvo cerrado durante mucho tiempo por cuestiones que tienen que ver con la infraestructura, que no se solucionaban, hasta que tienen que reabrirlo por la propia presión de esa comunidad”, recordó Ruiz Urquiola.

“Nosotros tenemos una postura contraria al cierre de cualquier institución cultural, aunque sea regentada por el Estado cubano, siempre y cuando no tenga una función netamente política vinculada al adoctrinamiento, que sabemos que es la esencia de todas las iniciativas emanadas del Ministerio de Cultura y de la Asociación Hermanos Saíz”, señaló la activista y académica.

Recordó que la persecución a los rockeros en Cuba data del mismo inicio de la Revolución. “Los arrestos, la cancelación de espacios, la censura de grupos, la persecución a los integrantes o a los aficionados del género, las expulsiones de la universidad de los muchachos que oían rock o compartían publicaciones sobre rock, son un hecho histórico”, dijo Ruiz Urquiola.

“Como organización de la sociedad civil que monitoreamos todo lo que tiene que ver con el desarrollo de la cultura, el estado de la cultura, la observancia o no de los derechos culturales dentro de Cuba, que sabemos son continuamente violados, de hecho, hay 14 artistas presos políticos en Cuba, celebramos la reapertura” del Maxim Rock, agregó.

En opinión de la activista, la decisión de las autoridades cubanas “tiene que ver con que hay un momento álgido donde el régimen cubano no puede asumir otra carga de inconformidad social, sobre todo ligada a una comunidad, y vulnerar en este momento algún núcleo social que esté conformado va a agregar más presión al control social que necesita para mantenerse en el poder”.

Lo sucedido en el Maxim Rock desató una enconada polémica en las redes sociales, que se enfocaron en la premiación del disfraz a la figura nazi, actitud que las autoridades y algunos comentaristas catalogan como transgresora de los valores culturales de los cubanos.

“No podemos dejar de admitir la debilidad de nuestra defensa del patrimonio cultural cubano que, si hubiera sido más fuerte y más empático con las nuevas generaciones, a pesar de Internet y las redes sociales, hubiera permanecido arraigado en nuestra juventud y no tuvieran que incursionar en Halloween y otras manifestaciones extraculturales propias de unas sociedades corruptas y decadentes que no necesitábamos que penetraran nuestro país de la forma que lo han hecho”, escribió el usuario Felipe Pérez Castro en los comentarios a un artículo sobre el tema del portal oficialista Cubadebate.

Mientras, otros llaman a revisar “por qué se han perdido tantos valores; cuando no somos capaces de entender que nos estamos equivocando con la forma de enseñanza, ya estamos contribuyendo con la banalización de los valores”, questionó una forista identificada como Tere.

En los comentarios al comunicado del Instituto Cubano de la Música, Miguel Ángel Ruano Sánchez se burló de la reacción oficial: “El disfraz fascista los aterró. Espíritu autocrítico, se depuraron responsabilidades y tomaron medidas. Todo tan castrocomunista que da risa. En fin, todo tan a lo Hitler en la Cuba decadente dictatorial”, escribió.

Algunos critican la celebración de Halloween, o Noche de Brujas, incorporada en Cuba entre los años 2016 y 2019. Si bien Halloween es una conmemoración de origen anglosajón, se ha popularizado alrededor del mundo y se ha convertido en una fiesta de disfraces casi universal.

La Seguridad del Estado cubana citó e interrogó a Josué Forcelledo, el ganador del concurso de disfraces en el Maxim Rock.

“Por enésima vez el castrismo está usando al rock and roll, a la comunidad de rockeros y de la gente que practica esa cultura como chivo expiatorio. Yo creo que es excesivo y muy mezquino haber dado esa connotación a una cosa que fue un disfraz, así sea de Adolf Hitler [sic], con todo lo condenable que es el fascismo y el entusiasmo en torno a esa ideología”, señaló el artista Julio Llópiz-Casal, residente en Madrid.

“Lo que están haciendo es buscando un pretexto para desmantelar todo el asunto que hay en torno al rock and roll. Siempre ha sido un pretexto: el tema de las drogas, el tema de la violencia, todo eso es absolutamente falso. Lo que pasa es que los castristas actuales han heredado de Fidel Castro el desprecio hacia esa comunidad. Desde el día uno, todo lo que sucedió en torno a escuchar música en inglés, los Beatles, vestirse con los pitusas (jeans), es una continuación de todo eso que ahora han encontrado, un pretexto perfecto, porque, la imagen de un muchacho que se disfraza de Hitler [sic] es un pretexto perfecto para conducir la mirada hacia esa dirección, y que la gente, una vez más, no vea el verdadero problema, que es la ineficiencia de ese sistema”, recalcó Llópiz-Casal.

El Maxim Rock, cerrado desde el día en que ocurrió el hecho, reabrió este sábado con la presentación de las bandas de rock Tracks, Histéresis, Backspace y Zeus.

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