(EFE).- Bloguero, abogado anticorrupción y organizador de las mayores protestas antigubernamentales desde la caída de la Unión Soviética, Alexéi Navalni, enemigo número uno del presidente ruso, Vladímir Putin, murió este viernes en prisión, según informaron los servicios penitenciarios de Rusia.
“Se le practicaron los necesarios procedimientos de reanimación, que no dieron ningún resultado. Los médicos de urgencias constataron la muerte del condenado. Se están estableciendo las causas del fallecimiento”, señala el comunicado oficial sobre el deceso de Navalni, de 47 años.
La fuente explicó que este viernes, después de dar un paseo en la penitenciaría IK-3 de la localidad de Jarp (distrito autónomo Yamalo-Nénets), el político opositor “se sintió mal”, tras lo que “perdió el conocimiento”.
Destacó que los equipos médicos de urgencia acudieron de inmediato a la prisión para atender a Navalni, que cumplía casi 30 años de cárcel por diversos delitos que le atribuía el Kremlin.
La portavoz de Navalni, Kira Yarmish, aseguró que los correligionarios del opositor no tienen aún confirmación del deceso
Seguidamente, los servicios penitenciarios anunciaron el envío de una comisión de funcionarios de prisiones y médicos de su aparato central en Moscú para esclarecer las causas y circunstancias que rodearon el fallecimiento del reo.
La portavoz de Navalni, Kira Yarmish, aseguró que los correligionarios del opositor no tienen aún confirmación del deceso y que su abogado partirá en breve hacia Yamalo-Nénets.
Por su parte, el Kremlin dice no tener información sobre las causas de la muerte del opositor, anunció este viernes el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, minutos después de conocerse la noticia sobre el fallecimiento del político. “Los médicos tienen que aclararlo”, dijo Peskov, citado por la agencia Tass. Peskov confirmó que Putin, al que Navalni acusaba de encargar su envenenamiento en 2020, fue informado.
Tras conocerse la noticia, las reacciones de líderes de todo el mundo han comenzado a aparecer. “Es muy lamentable que Alexéi Navalni haya muerto en prisión. Para mí es obvio: fue asesinado”, dijo el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, en una rueda de prensa tras reunirse con el canciller alemán, Olaf Scholz.
El secretario general de la Otan, Jens Stoltenberg, aseguró que Rusia tiene “preguntas muy serias que responder” sobre la muerte de Navalni. El ministro francés de Exteriores, Stéphane Séjourné, afirmó que el opositor “ha pagado con su vida su resistencia a un sistema de opresión”, el del “régimen” de Vladimir Putin. El político afirmó que el hecho “nos recuerda la realidad del régimen de Vladimir Putin”.
“Los combatientes mueren. Pero la lucha por la libertad nunca termina”
Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, afirmó que “la Unión Europea considera al régimen ruso como el único responsable de esta trágica muerte”. “Los combatientes mueren. Pero la lucha por la libertad nunca termina”, dijo.
El político y campeón del mundo Garry Kasparov, otro fuerte opositor de Putin, dijo en X que el mandatario asesinó a Navalni “lenta y públicamente en prisión”. “Lo mataron por denunciar a Putin y a su mafia como los ladrones y sinvergüenzas que son. Mis pensamientos están con la mujer y los hijos de este valiente hombre”, dijo.
En diciembre pasado, Navalni fue trasladado desde una cárcel en la región de Vladímir, a menos de 200 kilómetros de Moscú, hasta una prisión en el círculo polar Ártico, cerca de la cordillera de los Urales.
Navalni, que regresó a Rusia en 2021 tras ser envenenado el año anterior, según sus aliados, por el Servicio Federal de Seguridad, fue trasladado tras anunciar una campaña contra la reelección de Putin, en el poder desde el año 2000 y a quien llamaba “Vladímir el envenenador”.
La cárcel no impidió que Navalni condenara abiertamente lo que llamó “guerra criminal” en Ucrania
La cárcel no impidió que Navalni condenara abiertamente lo que llamó “guerra criminal” en Ucrania, cuyo único objetivo, según el opositor, es permitir que Putin “conserve el poder”.
La paciencia del Kremlin con Navalni se terminó en agosto de 2020. Entonces, según la oposición extraparlamentaria, las autoridades dijeron basta y decidieron eliminar al político ruso con mayor tirón en Occidente. “Putin ordenó mi asesinato”, dijo Navalni tras recuperarse en Alemania del envenenamiento con un agente tóxico de la familia Novichok.
Pero el Kremlin lo estaba esperando a su regreso a Rusia. Las autoridades aprovecharon su negativa a personarse ante la autoridades por un antiguo caso penal para enviarle a prisión. De esta forma, Putin se libraba de otro enemigo como ocurriera en su momento con el hombre más rico de Rusia, Mijaíl Jodorkovski, encarcelado en Siberia (2003), o el opositor Boris Nemtsov, asesinado frente al Kremlin en 2015.
Navalni, un experto en el uso de las redes sociales, preparaba ya su venganza, que llegó en forma de tres comprometedores vídeos para el Kremlin. Con la ayuda de Bellingcat y varios medios occidentales, logró recabar datos que probaban, según el político, la implicación del FSB en su intento de asesinato.
No se limitó a ello, sino que incluyó una conversación telefónica con uno de los presuntos participantes en la operación secreta que admitía que sus cómplices habían rociado Novichok en la ropa interior del opositor.
Todo ello no sólo puso en evidencia al FSB y a Putin, sino que fueron vistos por más de 150 millones de personas, cifra que contrasta con los siete millones que siguieron la conferencia de prensa anual del presidente en esas mismas fechas.
El pasado 7 de diciembre, Navalni pidió desde la cárcel votar contra Putin en las elecciones del 17 de marzo de 2024. Poco después fue trasladado de manera clandestina a la prisión ártica donde hoy murió.
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