Home Cuba “Mejor apestoso que con hambre”: Holguineros sin desodorante ni productos de aseo 

“Mejor apestoso que con hambre”: Holguineros sin desodorante ni productos de aseo 

0
“Mejor apestoso que con hambre”: Holguineros sin desodorante ni productos de aseo 
“Mejor apestoso que con hambre”: Holguineros sin desodorante ni productos de aseo 

HOLGUÍN, Cuba. – “No hay desodorante en ningún lado”, afirma Roberto Martínez López, un holguinero de 34 años. “He recorrido varias tiendas ―San José, La Hogareña, La Luz de Yara, La Época, El Encanto y muchas más― y en ninguna lo he encontrado”, detalla. 

En las tiendas estatales y en las mipymes del territorio, el desodorante se ha convertido en un artículo de lujo. En los establecimientos del Estado, para evitar una imagen de escasez, los estantes donde se exhibía el producto han sido rellenados con otra mercancía o, en el peor de los casos, han sido retirados como sucedió en la tienda El Encanto.

Holguín enfrenta una crisis que se ha vuelto común en los últimos años: la escasez de productos de higiene personal, en particular, de desodorante.

El escenario actual refleja una crisis de abastecimiento más profunda que afecta múltiples aspectos de la vida diaria. La situación ha llevado a muchos a recurrir a puntos de venta informales donde, si tienen suerte, logran encontrar algún frasco, aunque a un precio exorbitante. 

“Ni a nosotros los empleados más nunca nos han incluido el desodorante en el módulo que nos venden en el trabajo. Yo tuve que comprar uno carísimo en la calle”, dijo a CubaNet la trabajadora de una tienda estatal en moneda libremente convertible en condición de anonimato por temor a ser despedida.

Por su parte, Leonardo Hernández Peña, quien maneja un bicitaxi, apunta: “He visto desodorantes a 1.250 pesos el frasco de 50 mililitros. Son reenvasados y de mala calidad, no protegen y el aroma es desagradable”.

La escasez de este producto no es un fenómeno nuevo. Desde hace años, los habitantes de Holguín han padecido momentos de desabastecimiento y la situación se ha repetido en ciclos. 

En 2014, Roberto Cabrera Zamora, presidente del Grupo Empresarial de la Industria Ligera (GEMPIL), mencionó que “el 4% del plan de producción de desodorantes se incumplió por problemas de financiamiento para adquirir materia prima”. 

Cuba: de potencia latinoamericana en productos de aseo a la crisis actual

Hasta 1959, Cuba se destacaba como una potencia en América Latina en la producción de productos de aseo, limpieza e higiene; incluso era el mayor fabricante de detergentes del subcontinente. La industria cubana, en aquel entonces, era capaz de satisfacer casi todas las necesidades del mercado interno, con una producción que no requería importaciones significativas, salvo algunas exclusividades. 

Las grandes fábricas que operaban en Cuba, como Crusellas, Sabatés y Laboratorios Gravi, fueron fundamentales para este éxito. Crusellas, fundada en el siglo XIX y asociada con la estadounidense Colgate-Palmolive, tenía su planta en el barrio capitalino de El Cerro y contaba con aproximadamente 800 trabajadores. La empresa producía una variedad de productos que iban desde detergentes como FAB y Rápido, hasta jabones de renombre como Candado y Palmolive. Asimismo, sus líneas incluían pasta dental, limpiadores y productos para el cuidado del cabello.

Por su parte, Sabatés, en colaboración con Procter & Gamble, fabricaba detergentes populares como Tide y Ace, así como jabones emblemáticos como Camay y Heno de Pravia. 

Laboratorios Gravi S.A., por otro lado, mantenía sus operaciones en Jovellanos, Matanzas, y producía productos esenciales como la pasta dental Gravi y jabones de lavar. 

Muy por el contrario de esa época, hoy día, un jabón de baja calidad y tamaño reducido puede costar entre el 4% y el 6,8% del salario promedio de un cubano, que ronda los 3.500 pesos (aproximadamente 28,40 dólares al cambio oficial). Esta diferencia en precios no solo refleja una crisis de producción, sino también una marcada disminución en el poder adquisitivo de los ciudadanos cubanos.

La transformación que sufrió Cuba tras la Revolución de 1959 tuvo un impacto profundo en su economía y, particularmente, en la industria de productos de aseo. La estatización de las industrias y la adopción de un modelo económico centralizado llevaron a un descenso significativo en la producción y calidad de los productos. Las fábricas que antes eran sinónimo de calidad y diversidad se convirtieron en sombras de lo que alguna vez fueron. Hoy, la industria enfrenta severos problemas de abastecimiento, producción ineficiente y una calidad que no satisface las necesidades de los consumidores.

Así, el acceso a productos de higiene se ha vuelto un lujo, y la escasez en el mercado ha llevado a muchas personas a recurrir al mercado informal, donde los precios son exorbitantes y la calidad, lamentablemente, no se garantiza.

Precio del desodorante (cuando está en oferta) en una mipyme holguinera (Foto: CubaNet)

Si alternativas en tiempos de crisis

Mario González Pérez, un padre de familia residente en Holguín, recuerda cómo en los años 90, en pleno Periodo Especial, cuando el desodorante escaseaba, se recurría a métodos alternativos como el bicarbonato y el limón, pero ahora, por la escasez o los altos precios, estas variantes han sido desechadas. “Antes, usábamos bicarbonato y limón. Ahora, no hay del primero, y el segundo está tan caro que es preferible comprarlo como alimento. Es mejor estar apestoso que con hambre”, sentencia González Pérez.

Con las altas temperaturas que caracterizan el clima cubano, el uso de desodorante se vuelve una prioridad higiénica. “Con este calor, el desodorante debería estar en todas las casas”, comenta Pedro Fernández Doimeadios, un joven que trabaja en la construcción. 

La falta de este producto no solo afecta la salud personal, sino que también impacta el desempeño laboral. Gladis Pérez Infante, recepcionista en una empresa, comparte su experiencia: “Tengo que dar información a muchas personas y me siento cohibida. No puedo presentarme así ante los clientes, pero no tengo otra opción”.

La situación también afecta a aquellos que trabajan en contacto con el público donde la presión por mantener una buena imagen se vuelve agobiante en un contexto donde lo básico no está disponible. Una dependienta en un restaurante privado que prefiere permanecer en el anonimato por temor a represalias, señala: “Tengo que caminar mucho y sudo. Estoy acomplejada por temor a que un cliente me sienta mal olor. Tengo el dinero para comprar, pero no hay desodorante”. 

La paradoja es evidente: hay gente que tiene el dinero, pero no puede encontrar el producto. El fenómeno de escasez no es aislado, sino que se inserta en un contexto más amplio de inflación en Cuba. La falta de productos esenciales, como el desodorante, contribuye a un aumento en los precios de otros bienes y servicios, creando un ciclo vicioso que afecta a toda la población.

“La gente tiene dinero, pero no puede acceder a lo básico, lo que a su vez alimenta la inflación en el mercado informal”, comenta a CubaNet un estudiante de Economía de la Universidad “Oscar Lucero Moya”, de Holguín, y quien pidió que no se publicara su nombre por temor a represalias.

Para colmo de males, la escasez de productos de higiene no se limita al desodorante. “Sin jabón, sin desodorante y sudando por el calor, ya te puedes imaginar”, dice María Llosa Rodríguez, vecina del reparto Pueblo Nuevo.

En pleno siglo XXI, los cubanos viven con carencias que parecen sacadas de otra época: ventiladores y aires acondicionados paralizados por apagones hacen que las altas temperaturas sean aún más difíciles de soportar.  “Estamos en el Medioevo. No solo falta desodorante, sino también jabón, champú, perfumes y talco”, lamenta Rosa Rodríguez Betancourt, licenciada en Historia y madre de familia.

La situación en Holguín es solo el reflejo de un problema más amplio que afecta a todo el archipiélago. “Estamos viviendo una escasez general, no solo de desodorante”, confirma Luis Paneque Patterson, un vendedor ambulante que anda y desanda las calles de Holguín.

Sigue nuestro canal de WhatsApp. Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de Telegram.

Exit mobile version