Home Cuba Los “pioneros por el comunismo” de ayer son los exiliados de hoy

Los “pioneros por el comunismo” de ayer son los exiliados de hoy

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Los “pioneros por el comunismo” de ayer son los exiliados de hoy
Los “pioneros por el comunismo” de ayer son los exiliados de hoy

LAS TUNAS, Cuba. — Cual cantera de trabajos forzados y como si los niños fueran picapedreros convictos, obligados a enmendar conductas ideológicas indeseables para la llamada “moral socialista”, cada mañana en las escuelas cubanas el sistema de instrucción del régimen hace exclamar “¡pioneros por el comunismo, seremos como el Che!”.

El rito comienza en la más tierna edad (algo así como a los cinco años) en preescolar. Ya en primer grado, en el colmo del oprobio, sin importar cuál es el parecer de ellos ni su credo, maestros y comisarios políticos hacen que los propios padres enrosquen en el cuello de sus hijos pañoletas azules y rojas, cuales cadenas de servidumbre. Esa es la cantera de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), de la que a duras penas nutre sus filas el Partido Comunista de Cuba (PCC).

El pasado 9 de octubre, en recordación al Che Guevara, sólo en dos provincias 13.000 pioneros recibieron sus pañoletas: 6.000 en Villa Clara y 7.000 en Camagüey. Es esta una muestra del afán mostrado por el régimen para mantener en acción esas organizaciones de la niñez y la juventud, de las que provienen todos los generales en cargos de dirección en las Fuerzas Armadas o en el Ministerio del Interior, todos los ministros, diputados, comisarios del PCC y, en suma, todos los jefes, asesores, especialistas y empleados que integran el sistema de dirección del régimen. Así y todo, la continuidad del comunismo en Cuba es un evento incierto.

Ni siquiera puede asegurarse que quienes ocupan altos cargos en la dictadura sean comunistas, según dice el lema de los pioneros. Sólo el modus vivendi de la jerarquía comunista —y no el ser sinceramente socialistas o comunistas— hace que se nutran sus filas. Casas, vehículos, alimentos, bebidas y vestuarios asegurados dan fe de ello.

Más de dos millones de cubanos se han marchado de su país desde 1959. Casi todas esas personas, para no ser absolutos, fueron pioneros e integraron los llamados “destacamentos”, que viene a ser algo así como el estado germinal de un comunista.

Decía Whittaker Chambers que los comunistas son como tocarios, un pueblo de Asia Central de cultura avanzada, pero que desapareció allá por el año 1 000 de nuestra era. Y ¡si sabría Chambers de los comunistas! que durante 13 años integró el partido comunista estadounidense y (entre 1934 y 1938) fue correo de espías soviéticos en Washington. Y como los tocarios terminaran los comunistas cubanos si el mundo democrático no permite al régimen de La Habana comportarse como un agente doble: demócrata ante el mundo democrático para transformarse en un esbirro estalinista en Cuba.

La clave de ese hacer o dejar de hacer está en la economía pura y no en la economía política. Entonces, ya que los comunistas son enemigos de la economía de mercado, que como enemigos los mercados lo traten. Y no se les permita a una hora hacer de tenderos y a otra de carceleros.

Aunque el régimen cubano siga imponiendo aquello de “¡pioneros por el comunismo, seremos como el Che”!, no tardará el día en que el Comité Central del PCC quede vacío. Entonces, a sus integrantes podrán verlos en Miami, Oslo o Madrid.

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