Los molinos de la Isla han estado parados desde que el pasado julio arribó el último cargamento de trigo, según las autoridades, que celebran ahora la llegada de 23.500 toneladas “procedentes de Europa” con las que se pueden producir 16.000 toneladas de harina.
La viceministra primera de la Industria Alimentaria, Mercedes López Acea, difundió a través de su cuenta de X (antes Twitter) el desembarco del producto, aunque no reveló el origen ni si se trata de una compra o donación. Con la cantidad recibida, quedará “estabilizada” la producción de pan de la canasta para apenas 20 días.
En diciembre de 2022, el puerto de La Habana recibió una cantidad algo superior del cereal (25.000 toneladas) donada por Rusia y que, según cálculos realizados por 14ymedio, apenas daba para 18,6 millones de kilos de pan, menos de dos kilos por cubano.
La cuenta se realizó teniendo en cuenta la receta recomendada por la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), que sitúa en 1,4 los kilos de trigo necesarios para hacer un kilo de harina y en 0,96 los kilos de harina necesarios para hacer uno de pan. Es decir, 1,34 kilos de trigo para uno de pan.
La falta del cereal “ha llevado a buscar alternativas y comprar la harina importada para lograr asegurar el pan de la canasta básica
En cualquier caso, el cargamento supondrá un pequeño alivio en la situación actual. El presidente del Grupo Empresarial de la Industria Alimentaria, Emerio González Lorenzo, afirmó a Canal Caribe que la falta del cereal “ha llevado a buscar alternativas y comprar la harina importada para lograr asegurar el pan de la canasta básica y algunos consumos sociales muy limitados que son priorizados”.
Los molinos de La Habana y Cienfuegos trabajan ya para solucionar un momento más de escasez de pan, al que se une la falta de combustible, que dificulta –adujeron– la entrega del alimento, especialmente en las provincias orientales.
En las últimas semanas, la prensa oficialista ha vuelto a dejar espacio a las quejas por la calidad y cantidad del pan de la canasta. En Sancti Spíritus y Ciego de Ávila, las autoridades advirtieron de una rebaja en el gramaje del pan, que pasó de los 80 habituales a los 60 en el caso de la primera y a tan solo 50 en la segunda, aunque también se redujo el precio.
Además, tampoco el sabor y la textura satisfacen a la población, que se queja frecuentemente de la elaboración que les llega en los últimos tiempos. “Que bueno que por lo menos venden esponjas para bañarse en esa panadería. Con razón está usted tan feliz. Ya tiene una esponja para restregarse en el baño”, denunciaba el periodista independiente Alberto Arego este mismo lunes haciéndose eco de las palabras de varios vecinos de El Vedado.
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