LA HABANA.-A pesar del importante papel que tuvo en la difusión de la música cubana en Europa y Norteamérica en la década de 1930, el trompetista, compositor y director de orquesta Julio Cuevas, de cuyo fallecimiento se cumplen 50 años en este 2025, no goza del reconocimiento que merecería.
Nacido en Trinidad en 1897, fue precoz en la música: a los diez años ya tocaba la trompeta, a los 19 era miembro de la banda municipal de Santa Clara y en 1923, recién cumplidos los 25 años, ya dirigía la banda municipal de Remedios.
Luego de instalarse en La Habana en 1929, tocó en la orquestas de los Hermanos Palau y posteriormente en la de Moisés Simons, que alcanzó éxito internacional con El Manisero.
Tan valorado era Julio Cuevas por Moisés Simons que en 1930, en el peor momento de la crisis económica, cuando los músicos cubanos no ganaban más de uno o dos pesos al día, Simons le pagaba ocho pesos a Cuevas por cada actuación en el cabaret Plaza, donde se presentaba su orquesta.
Cuevas pasó a integrar la orquesta de Don Aspiazu, formada, en vista del éxito de El manisero, para una gira por Estados Unidos y Europa.
Es la trompeta de Julio Cuevas interpretando El manisero la que se escucha al comienzo de la película Orquídeas Negras que protagonizó Carlos Gardel.
Con la orquesta de Don Aspiazu, en 1932, Julio Cuevas se presentó en Londres, Bruselas y otras capitales europeas. Luego de terminada la gira, Julio Cuevas se quedó en Europa, donde permanecería durante diez años.
En 1933, como trompetista de la orquesta de jazz Snow Fisher and his Harlomarvels viajó a Suiza y España.
En 1934, en París, creó una orquesta en la que estaban los hermanos Eliseo y Ernesto Grenet, en el piano y la batería, respectivamente. Con dicha orquesta, que se presentaba en el cabaret parisino La Cueva, nombrado así en honor suyo por el propietario, viajó a Lisboa, Trípoli, Beirut y Madrid, donde se quedó.
Estando en Madrid, en 1936, lo sorprendió el estallido de la guerra civil, y Cuevas, que abrazó el bando republicano, asumió la dirección de la banda de música de la 46 División, a cuyo frente estaba Valentín González “El Campesino”, un fiero jefe militar comunista.
En 1939, tras la derrota de la República, escapó a Francia, donde estuvo varias semanas internado en un campamento de prisioneros antes de poder regresar a Cuba en mayo de 1939.
Ya en su país, Cuevas asumió la dirección de la Orquesta Montecarlo, que se hizo popular debido a sus presentaciones radiales en RHC-Cadena Azul. Después volvió a la orquesta de los Hermanos Palau, y en 1942 fundó su propia orquesta y comenzó a trabajar en la emisora 1010, que era propiedad del Partido Socialista Popular (PSP, comunista).
Luego del golpe de estado del 10 de marzo de 1952, a Julio Cuevas le fue mal bajo el régimen de Fulgencio Batista. Por sus estrechos vínculos con el PSP fue fichado y vigilado por el Buró de Represión de Actividades Comunistas (BRAC).
Paradójicamente, después de 1959, bajo el régimen comunista de Fidel Castro, la situación de Julio Cuevas no mejoró. No volvió a tocar, y finalmente tuvo que vender su trompeta, que unos años antes se había visto obligado a empeñar. Solo consiguió trabajo como archivero en el Instituto Cubano de Derechos Musicales, con un salario de 101 pesos. Se jubiló con 60 pesos mensuales. Casi olvidado, excepto por alguna mención ocasional de los musicólogos Leonardo Acosta y Helio Orovio, murió a los 78 años, de un infarto al miocardio, el 30 de diciembre de 1975.