La Habana/La emblemática Plaza Carlos III, pulmón del comercio en Centro Habana, está a punto de entrar en la lista de establecimientos “dolarizados”, que ya suman más de una docena en la capital. Lo confirmaron esta semana varios empleados del lugar a 14ymedio: “No es un rumor, lo van a poner en dólares bien pronto”.
El mercado volverá, así, al destino que le dieron en los años 90, cuando fue pionero en aceptar fulas en la Isla, antes de que, a principios de este siglo, impusieran el CUC, liquidado, a su vez, en 2021 con la Tarea Ordenamiento por la moneda libremente convertible (MLC). No se habla de otra cosa estos días en la plaza, donde los trabajadores aún no tienen toda la información.
“Todavía no sabemos si será toda la tienda o algunas áreas”, explicaba la dependienta de una de las tiendas de Carlos III. “Al menos todas las cajeras sí están pasando el curso. Lo que hay por ahora es un área para introducir dinero en la Clásica”. Con ello se refería a la tarjeta de prepago de carga en dólares, establecida en enero de 2024 y uno de los mecanismos, junto a las tarjetas extranjeras o los verdes en efectivo, para pagar en este tipo de comercios, inaugurados con el lujoso Supermercado 3ra y 70, el pasado 31 de diciembre.
“Voy a poner un poco de zapatos ahí, porque esto se ve feo”, comentaba un trabajador del área de calzado deportivo del imponente edificio, que ocupa toda una manzana. “¿Pero qué vas a poner, si no tienes más nada? Ponlos repartidos”, le aconsejaba otra empleada con voz desganada. Sin apenas clientes y con escasa mercancía, el personal se aferra al anuncio de que “pronto, muy pronto” la Plaza pasará a comercializar sus productos solamente en divisas.
La conversión a la comercialización en dólares no solo está ocurriendo en emblemáticos comercios como la Plaza Carlos III, sino también en tiendas más pequeñas y más alejadas del centro de la ciudad. Eso sí, todas las que han sido elegidas para formar parte de la nueva avanzadilla de la dolarización están ubicadas en locales amplios y en zonas con gran densidad poblacional.
Como anunciaron las autoridades el pasado 29 de enero, este tipo de comercios no se ceñirá nada más a la capital. El plan del Grupo de Administración Empresarial (Gaesa), dueño de las Tiendas Caribe y Cimex es, de hecho, expandirlas a todas las provincias cubanas, empezando por sus municipios de cabecera.
El Mercado Altahabana, de 100 y Vento, en el municipio de Boyeros, también está a punto de abrir sus puertas con ofertas en dólares. “No sabemos cuándo pero estamos terminando de organizar para estar listos”, comenta a este diario un empleado que tomaba un descanso a las afueras del comercio gestionado por la cadena de Tiendas Caribe. Por la puerta semiabierta se veían las hileras de cajas y las mercancías todavía en sus envoltorios.
En opinión del trabajador, “se están acondicionando los locales para arrancar a la misma vez”, una operación que extenderá significativamente la dolarización en el día a día de los cubanos. “Como mismo pasó con el Período Especial, van a empezar con algunas en los lugares con más demanda pero después habrá una shopping de esta en cada barrio”, asegura un vecino cercano.
Alrededor de las tiendas estatales que actualmente están cerradas o con apenas suministro crece la misma pregunta. “¿Pondrán esta también en dólares?”, se preguntaba una jubilada que este miércoles esperaba el ómnibus en la parada de Boyeros y La Rosa, a pocos metros de un pequeño mercado venido a menos. “Se salvan los vecinos de ese edificio si abren una de esas tiendas aquí, porque seguro que les pintan de nuevo la fachada”, sentenciaba la mujer.
En torno al dólar se mueve ahora la esperanza de que se revitalice el mermado comercio de alimentos y otros bienes de consumo, pero también crece la inquina por las diferencias sociales que la moneda estadounidense agudiza. En la zona oeste de la ciudad, la parte con más embajadas, empresas extranjeras y casas de familias pudientes, ya hay varios negocios operando en dólares.
La Copita, de 3ra y 42 en Playa, funciona bajo la nueva fórmula y sus anaqueles están llenos de mercancías, aunque ante el ojo avezado no se escapa el detalle de que muchos productos se repiten una y otra vez como si a los empleados les hubieran dado la tarea de aparentar más suministro del que realmente hay. Mejor surtidas que sus primas hermanas en MLC, las tiendas en dólares apenas puede competir con cualquier bodega centroamericana en variedad.
Por su parte, en La Borla, ubicada en la popular calle Galiano de Centro Habana, los trabajos de mantenimiento todavía no han terminado, pero ya se adivina que “el peso cubano por esa puerta no volverá a pasar”, ironiza un vendedor ambulante de las decenas que pululan en los portales alrededor del edificio. En medio del deterioro que muestra la zona, la próxima reapertura del local, esta vez en divisas, atrae la curiosidad y alimenta los rumores. Hasta el cartel exterior ha vuelto a su lugar después de meses de ausencia.
“La Borla siempre ha sido el centro de mucho trapicheo”, reconoce el merolico. “Ahora dicen que cuando esto abra en fulas va a haber más control y que van a hacer limpieza de estos portales, o sea, que nos van a sacar a nosotros de aquí para dejar espacio para la cola”, explica. Por el momento, los clientes que vienen en busca de una esponja para fregar, algún refresco instantáneo o un tubo de pegamento se dirigen hacia las mesas o las mantas en el suelo de los vendedores informales.
La Época tampoco se ha quedado atrás y ya tiene dos pisos disponibles para la venta en divisas. Remodelado hace pocos años, en el imponente edificio ubicado en Galiano y Neptuno, se están reacondicionando algunas áreas para la nueva etapa que comienza. Los empleados, todavía algo desorientados con los cambios, apenas atinan a responder cuando algún cliente le pregunta la fecha de apertura de la planta superior.
También hay tiendas que se han quedado vestidas y para el baile como Flogar, en la misma calle Galiano y antiguamente un emblema del buen gusto y de la vibrante vida comercial habanera. Venida a menos, convertida en un comercio donde se venden baratijas y productos importados en pesos cubanos, una empleada se quedó sorprendida este miércoles cuando una joven indagó si también pasarían “al área dólar”.
“No, aquí no han dicho nada, la que sí será en dólares es Casa Linda”, responde y señala en dirección al antiguo Ten Cent de La Habana que lleva años remodelado y convertido en un mercado para ventas solo online. “A cada rato hay una bola de que lo van a abrir al público y que será en dólares, pero nadie sabe cuándo”, aclara la trabajadora estatal. Para otras tiendas, como la semiderruida Fin de Siglo, la dolarización ha llegado demasiado tarde.
Cerca de ahí, en la vecina calle San Rafael, avanza sin freno. Tanto la tienda América Libre, como La Arcada y la Panamericana Royal Palm han pasado a la “zona verde”. Frente a las tres hay una fila de clientes que aguardan por entrar, ya sea para comprar o simplemente para curiosear entre los anaqueles y los mostradores. De vez en cuando ocurre, como este martes, que algún comprador despistado saca una tarjeta del Banco Metropolitano en MLC.
Cuando eso sucede, la cola se sobresalta, los empleados abren los ojos y alguna voz clama a toda velocidad: “No, aquí eso no sirve, esto es solo en dólares, en tarjetas Clásicas o con tarjetas extranjeras”. Aclarado el entuerto, el despistado cliente se va, la gente se queda hablando de lo sucedido y la puerta vuelve a abrirse para que entren unos pocos compradores al interior de la tienda climatizada, luminosa y bien surtida.
Si se sigue por el bulevar y se cruza el Parque Central hasta llegar a las cercanías de la calle Obispo, entonces se entra de lleno en territorio de Washington y Franklin. La vía principal del barrio más turístico de La Habana no ha perdido tiempo en sumarse a las aguas de la dolarización. El cercano mercado Harris Brothers se ha reconvertido desde este sábado y en sus tres niveles ya todo tiene el precio en USD. Pocos metros más allá, el local de Agua y Jabón se mantiene con cola casi toda la jornada para comprar detergente, champú o cremas hidratantes.
Otros comercios, como las Galerías Paseo en El Vedado, tendrán que esperar, porque el deterioro de sus suelos y la urgencia de otras reparaciones demorarán su apertura. Para colmo, los continuos cortes eléctricos conspiran contra el cronograma constructivo. Pero sea en este mes de marzo o más adelante, la suerte de la tienda está echada. Caiga cara o caiga cruz, no será con moneda cubana.