El Gobierno cubano ha encontrado un nuevo filón para ingresar importantes cantidades de divisas con la importación de vehículos desde Miami a través de Maravana Cargo, una compañía fundada por el cubanoamericano Alejandro Martínez hace tres años y que cuenta con una licencia del Departamento del Tesoro de EE UU para el envío de paquetes, electrodomésticos y todo tipo de cargas.
Aunque la Aduana cobra por la importación de toda la carga, el gran negocio es la entrada de autos. El importe lo determina la Administración cubana caso por caso y, según el propio Martínez, el costo oscila entre los 20.000 y 56.000 dólares, en dependencia del modelo, año de fabricación y otro tipo de variables que el propio empresario dice ignorar. Por su parte, Maravana se queda con un promedio de 8.000 dólares por vehículo exportado, que cubren los gastos de transporte, el seguro y los trámites, además del beneficio de la propio compañía.
En un vídeo publicado en redes sociales, Martínez es tajante a la hora de asegurar que no existe un porcentaje fijo que exija el Gobierno cubano por el envío y que, más bien al contrario, ignora cómo la Aduana hace la valoración.
El empresario sostiene que Maravana cobra entre 6.000 y 9.000 dólares por fletes, seguros y el trincaje del auto en el contenedor, entre otros conceptos. Después, la documentación se presenta a la Aduana de Cuba, que es quien facilita el precio de entrada en cada caso. Solo se pueden importar vehículos de menos de cinco años, lo que excluye las unidades fabricadas antes de 2019.
“El costo en Cuba es complicado de definir, cada uno tiene un modelo, año,… bajo esas premisas Cuba devuelve un precio que le damos al cliente y que este decida si quiere enviarlo o no. Paga con su cuenta en moneda libremente convertible (MLC) y se lo mandamos”, explica.
Martínez puntualiza la importancia de realizar la importación a través de una empresa autorizada, como la suya, ya que hacerlo desde otras que realizan las operaciones desde Panamá o México “es muy arriesgado”, puesto que no cuentan con el permiso que lo exime de las medidas del embargo de EE UU y puede suponer multas elevadas e, incluso, penas de prisión. “Tengan mucho cuidado, tengan mucho cuidado”, recalca.
Las redes sociales de Maravana son un hervidero. La publicación de fotografías con envíos grandes o pequeños, de electrodomésticos o comida es constante. A partir de octubre, que debe de corresponder a la fecha de entrega de la licencia del Tesoro estadounidense, se ve imágenes de los envíos de autos desde Miami y de las llegadas a Cuba, donde los compradores no dudan en exhibirse ante la cámara con sus flamantes Jeep, Audi, Mercedes o un más modesto Hyundai.
El propio Martínez se explaya sobre las bondades de importar a través de la empresa. “Llegamos a cada rincón de Cuba”, “Este carro va para Placetas”, “¿Cumplimos o no cumplimos? Somos HECHOS…no PALABRAS!”… .
Algunos comentaristas se indignan: “Hay que estar loco para enviar carros a Cuba con tantas necesidades y miserias que existen allá”, reprocha una usuaria. La empresa no vacila en responder a la mayoría. “Para su conocimiento, nosotros no enviamos el carro hasta que el cliente no sepa y pague el impuesto en Cuba. Gracias”.
“¿Y el embargo?”, pregunta otra. “Señora –responden–, el embargo es para el Gobierno cubano y los autos son enviados por personas naturales”. “A Omara Ruiz Urquiola no la dejan entrar, ¿qué va a entrar un carro? Y José Daniel Ferrer, si quisiera entrar un carro tampoco lo dejarían. Por favor, todo en Cuba es de la dictadura, no coman cuento. Eso no es gobierno,es DICTADURA!”, replica una más.
Pero el negocio no le falta a Martínez, que afirma que hay al menos 35 autos a la espera de ser enviados a la Isla, donde él mismo ha viajado para comprobar “in situ” cómo se realizan las entregas.
Fundada en diciembre de 2020, Maravana Cargo firmó un acuerdo con el Gobierno cubano en la Feria Internacional de Transporte de La Habana a finales de septiembre del pasado año. Su asociación con la estatal Aerovaradero permitiría, dijo entonces Martínez, “crecer en el volumen de facturación amparado en garantizar a clientes en Estados Unidos el arribo de sus envíos con la mayor seguridad”.
Entre los comentaristas a las publicaciones de la empresa, algunos mencionan al influencer cubanoamericano Alexander Otaola y reclaman que se acabe este negocio. “Nosotros esperamos que a usted le vaya mejor. Gracias por opinar”, responden desde Maravana.
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