AREQUIPA, Perú – Canciones como Los aretes de la luna forman parte del patrimonio musical de Cuba. Su autor, José Dolores Quiñones, es considerado un filósofo del bolero, un imprescindible de la cultura en la Isla.
Nacido en Artemisa en 1918, Quiñones emigró a México en 1945 en busca de mejores oportunidades. Desde entonces, recorrió el mundo con su música y finalmente se estableció en Francia, aunque visitaba Cuba con frecuencia.
A pesar de su talento musical, tuvo que ganarse la vida como pintor en la Isla, labor que realizaba incluso durante sus visitas al país y ejercieron también otros famosos como el compositor Francisco Escorcia o el músico César Portillo de la Luz. “No era fácil vivir en Cuba de la música”, declaró Quiñones en 1989.
Invitado por el reconocido cantante Antonio Machín, el artista se trasladó a España desde México. De allí se fue a territorio francés, donde luchó en reclamo de sus derechos de autor. Llegó sin capital, pero ganó dinero vendiendo partituras de su música.
José Dolores Quiñones afirmó que su vida comenzó cuando recorrió Europa con sus boleros. En Roma, cantó para Federico Fellini en un restaurante y fue contratado para la película Bocaccio, producida en 1970.
Después de pasar tres años en Noruega, se estableció en Toulouse, Francia, donde fue incluido en una antología de poesía francesa y continuó su exitosa carrera como compositor con numerosas melodías y doce hijos alrededor del mundo.
Más allá de su éxito internacional, sus raíces y mejores recuerdos estaban en Cuba, como expresó en su canción Bajo el cielo cubano.
Falleció en Toulouse el 28 de marzo de 2008. Quiñones fue también autor de canciones como Cocodrilo verde, Odio que crece, Que me hace daño, Vendaval sin rumbo, así como Camarera de mi amor y Vagando entre las sombras, inmortalizadas por Benny Moré.
Sigue nuestro canal de WhatsApp. Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de Telegram.
