MADRID, España.- Este domingo 10 de diciembre el presidente argentino Javier Milei pronunció su discurso de investidura. En una ceremonia poco convencional, recibió el bastón de mando del saliente Alberto Fernández y rompió con el protocolo al dirigir su primer mensaje oficial desde las escalinatas del Congreso, ante la ciudadanía.
Milei criticó las ideas que considera empobrecedoras del colectivismo y cómo los políticos han defendido durante más de cien años el socialismo, “un modelo que lo único que genera es pobreza, estancamiento y miseria. Un modelo que considera que los ciudadanos están para servir a la política y no que la política existe para servir a los ciudadanos”.
“Los políticos han insistido en defender un modelo que considera que la tarea de un político es dirigir la vida de los individuos en todos los ámbitos y esferas posibles; un modelo que considera al Estado como un botín de guerra que hay que repartir entre los amigos”, declaró.
Además, describió un duro panorama económico y advirtió a los argentinos que los próximos meses serán de más inflación y más pobreza.
No obstante, aseguró que estas nuevas elecciones marcan el inicio de una “nueva era en Argentina”, afirmando que no hay vuelta atrás. Anunció que la asunción de su presidencia marca el fin de décadas de fracasos, peleas internas y disputas sin sentido.
Milei, de 53 años, economista libertario radical y diputado en su primer mandato, el pasado 19 de noviembre derrotó en las urnas en segunda vuelta a Sergio Massa, exministro de Economía.
Su postura crítica hacia el régimen cubano es conocida, ya que ha expresado su apoyo al pueblo cubano en su lucha por la libertad en reiteradas ocasiones.
Tras las históricas protestas del 11 de julio de 2021, por ejemplo, se pronunció enérgicamente contra la dictadura.
Entre sus más recientes denuncias, trascendió en marzo cómo increpaba a una comunista cubanoargentina que defendía al régimen.
“Si tanto te gusta Cuba, vaya a vivir a ese país, yo te pago el pasaje”, le dijo.
Para el economista, el régimen cubano es un ejemplo de lo que ocurre cuando el Estado controla la economía y la vida de las personas.
En varias ocasiones ha dicho estar en contra “del avance del Estado sobre los individuos. Los países que son más libres son ocho veces más ricos que los que son reprimidos”.
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