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El Instituto Finlay de Vacunas de Cuba (IFV) creado en 1991 celebra hoy su aniversario y el de su Planta III, con sueños cumplidos y otros por realizar en pos de la calidad de vida del pueblo.
“Tengo gran confianza en la capacidad de producción y en la calidad de la producción de esa planta, a partir de que ya es la tercera”, expresó el comandante en Jefe, Fidel Castro, en el acto inaugural de la instalación el 3 de diciembre de 1993.
El IFV,entidad de investigación, desarrollo y producción, fue fundada en 1991 luego de que un grupo de científicos cubanos presentara una vacuna contra la meningitis (Neisseria meningitidis), denominada comercialmente como VA-MENGOC-BC®.
La introducción del fármaco tuvo un gran impacto al eliminar la epidemia que afectaba principalmente a niños y adolescentes.
El nombre de la institución rinde homenaje al epidemiólogo cubano, Carlos J. Finlay, natural de la provincia de Camagüey, quien comprobó que un agente biológico transmisor de la fiebre amarilla era capaz de propagar la enfermedad de un sujeto enfermo a uno sano.
El hallazgo resultó fundamental para luchar contra la enfermedad y para la investigación posterior de lo que se conoce hoy en día como enfermedades transmitidas por vectores.
Entre los principales aportes del centro, sobresale en los últimos dos años la creación de las vacunas Soberana 02 y Soberana Plus y el candidato Soberana 01 contra la Covid-19, pero a lo largo de la historia otros inmunógenos desarrollados avalan su valía científica.
En declaraciones a Prensa Latina, la vicedirectora de Operaciones Industriales, Roselyn Martínez, explicó que el IFV ya cuenta con seis plantas productivas, con plataformas capaces de obtener polisacáridos, productos a través de síntesis química y componentes de células enteras.
Esto hace que como institución tengamos una amplia capacidad de poder enfrentar las producciones a gran escala de diferentes tipos de inmunógenos, resaltó Martínez.
No solo podemos obtener los ingredientes farmacéuticos activos que se utilizan para estos productos, sino también llegar a la etapa final.
El mundo de la biotecnología es muy dinámico, continuamente se está actualizando y los estándares regulatorios ganan cada día en exigencia, y eso nos impone procesos de inversiones para renovar la tecnología, comentó la experta.
Actualmente, la institución maneja un ciclo cerrado de productos que van desde la investigación, desarrollo, producción comercialización y distribución, destacó la especialista.
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