CAMAGÜEY, Cuba. – “A Imías no se ha podido entrar, muchas personas no saben nada de sus familiares. Desde el viernes [18 de octubre] están sin corriente. Desde el domingo no sé nada de mi mamá ni de mi niña de siete años. La situación es desesperante, no han recibido agua ni comida, y aquellos que han logrado sobrevivir están sufriendo de hambre”, dijo a CubaNet una madre de Imías que no se encontraba en el municipio en el momento del huracán.
La fuente, que pidió proteger su identidad por temor a represalias, también comentó que “las personas están atravesando y cruzando montes y ríos crecidos para poder llegar a algún lugar con cobertura y comunicarse con sus familiares y decir que están bien”.
“Díaz-Canel estuvo este miércoles [23 de octubre] en San Antonio, en un helicóptero, pero no fue capaz de llegar a Imías. Además, [los dirigentes] tampoco son capaces de crear un grupo de rescate y bajar a todas esas personas de los lugares más intricados del poblado; solo Dios sabe desde cuándo esas personas no comen nada”, añadió.
El pasado domingo, 20 de octubre, el huracán Oscar, entonces de categoría 1 en la escala Saffir-Simpson, tocó tierra cubana por Baracoa, en la provincia de Guantánamo, con vientos de 130 kilómetros por hora y lluvias intensas.
Convertido luego en tormenta tropical, permaneció prácticamente inmóvil sobre esa región, provocando grandes inundaciones en los municipios de Baracoa, Imías, Maisí y San Antonio del Sur.
Oscar llegó a Cuba en medio de un apagón nacional sin precedentes, lo que llevó, junto a la irresponsabilidad de las autoridades, a la desinformación de los habitantes de las zonas que serían afectadas por el evento meteorológico.
“A la mayoría [el huracán] nos sorprendió dormidos. No sabíamos nada de lo que nos iba a ocurrir. Imagínate tú, seis días sin corriente eléctrica. Algunas personas postradas y enfermas en sus casas, principalmente mayores. Ni el Gobierno ni nadie fue capaz de avisar por lo menos con auto parlantes, como se hacía antes”, dijo a CubaNet María Antonia, residente de una de las zonas afectadas.
“Yo estaba en mi ranchito y sentí algo frío; cuando miré era el agua sobre mi cama. Luego con el corre-corre de los vecinos, los vientos fuertes, pudimos sacar la conclusión de que era un ciclón o algo parecido”, agregó.
Hasta el momento, el Gobierno cubano ha reportado sietes fallecidos como consecuencia del fenómeno meteorológico. Entre los occisos se encuentran tres adultos mayores de más de 80 años, dos personas de entre 30 y 40 años y una niña de cinco años.
Sin embargo, de acuerdo con una fuente de la zona, que fue consultada en condición de anonimato, los muertos “ascienden a más de siete”. Tras bajar el nivel de las aguas, “se han encontrado cuerpos en la orilla del mar con el rostro comido por bichos” y se han reportado decenas de familias desaparecidas.
“Esto es un caos. Parece que estamos viviendo una película de supervivencia y sin esperanza de nada”, terminó la fuente.
