En una operación de rescate de alto riesgo, la Guardia Costera de Estados Unidos salvó el viernes a 34 inmigrantes que se aferraban desesperadamente a una embarcación prácticamente sumergida, ubicada a 8 millas al sur de Key Colony Beach, frente a los Cayos de Florida. Según la televisora WPLG Local 10 se trata de inmigrantes cubanos.
La alerta que desencadenó la intervención de la Guardia Costera provino de un buen samaritano que reconoció el peligro inminente que enfrentaban estas personas en aguas turbulentas.
El capitán Marty Lewis, quien avistó primero a los náufragos a unas 10 millas de la costa, describió su descubrimiento como un objeto en el agua que inicialmente pensó que podría ser un árbol. Su rápida acción y alerta permitieron la intervención oportuna de la Guardia Costera, evitando una tragedia mayor.
Los 34 sobrevivientes, rescatados después de lo que algunos informes sugieren pudo ser más de dos días aferrados al barco hundido, fueron trasladados a un buque de la Guardia Costera. Allí, recibieron atención médica básica, comida y agua, proporcionando alivio a estas personas que enfrentaron la incertidumbre y el peligro en aguas hostiles.
Este dramático episodio subraya los riesgos extremos que muchos migrantes están dispuestos a enfrentar en su búsqueda de un futuro mejor. Además, resalta la creciente preocupación ante el aumento de muertes en las rutas migratorias del Caribe, particularmente de aquellos que parten desde Cuba, Haití y la República Dominicana.
Un informe presentado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en septiembre de 2022 registró 350 muertes y desapariciones en esta ruta durante el año en curso, en comparación con 245 en 2021 y menos de 170 en años anteriores. El documento destaca que 150 de estas víctimas eran de nacionalidad cubana, evidenciando la persistente y compleja historia migratoria entre Cuba y Estados Unidos.
