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Fisuras en la aplicación del embargo a la dictadura

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Fisuras en la aplicación del embargo a la dictadura
Fisuras en la aplicación del embargo a la dictadura

SAN JUAN, Puerto Rico.- A raíz del alineamiento de la tiranía de Cuba a la otrora Unión Soviética en el ámbito político y militar, Estados Unidos adoptó medidas para tratar de contener la capacidad de expansión del régimen dictatorial castrista.

Fue a causa de la expropiación de empresas estadounidenses, el envío de armamentos soviéticos a la Isla durante 1959, 1960 y 1961 y del emplazamiento de misiles soviéticos de largo alcance en 1962, que Estados Unidos adoptó leyes y medidas restringiendo el comercio con Cuba. Entre ellas, estuvieron la sección 601(a) de la Ley de Cooperación Internacional de 1961 y las Regulaciones al Control de Activos Cubanos de 1963.

Posteriormente, en 1992, el Congreso de Estados Unidos promulgó la Ley para la Democracia en Cuba más conocida como Ley Torricelli, y en 1996, arrecian las restricciones al promulgarse la Ley para la Libertad y Solidaridad Democrática Cubana, conocida como la Ley Helms-Burton, que es la que hoy en día continúa en vigor.

Dicha ley prohíbe la exportación de productos de Estados Unidos a Cuba salvo aquellos que tienen un carácter humanitario, y previa autorización del gobierno.

Incremento de exportaciones

Sin embargo, últimamente se ha reportado un incremento sostenido de las exportaciones de productos de Estados Unidos a Cuba. En 2023 el total de exportaciones de productos de norteamericanos a la Isla fue de $400.3 millones de dólares en comparación con los años anteriores, donde en 2022 fue de $366 millones; en el 2021, de $324 millones y en 2020, de $161.8.

Se supone que la mayoría de dichos productos vendidos a Cuba sean alimentos, productos agrícolas y medicinas, así como también ciertas ayudas humanitarias. De esta forma observamos que las exportaciones de alimentos a Cuba en el 2023 ascendieron a $301.7 millones de dólares, mayormente en carne de pollo y productos agrícolas.

Pero, a pesar de los parámetros regulados por la Ley Helms-Burton, en los últimos años Cuba ha estado recibiendo artículos que no están entre los permitidos por lo dispuesto en la legislación, sino dentro de la categoría de restringidos. Entre estos podemos citar autos nuevos y usados de marcas americanas. El monto total de la exportación a Cuba de autos nuevos y usados en el 2023 fue de casi $9 millones de dólares.

Una fisura

También se han reportados exportaciones de lavadoras, microondas, neveras, alfombras, alimentos para mascotas, productos para manicure, etc. Estos, al igual que los autos, son productos excluidos de su exportación al país caribeño, según las regulaciones de la Ley Helms-Burton, lo que significa que hay una fisura en la aplicación de esta ley.

El problema radica en que, como Cuba es un estado totalitario en donde la economía está controlada por el gobierno, el régimen se apropia de los mismos para darlos mayormente en beneficio de la cúpula gobernante -privando al pueblo del acceso a los mismos-, o revenderlos, exportándolos a otras naciones.

Esta es una práctica nada nueva, pues en los tiempos de la URSS, la dictadura revendía el petróleo que le donaban los soviéticos y hoy en día, lo están haciendo con el petróleo que le envía Venezuela.

La reventa

Del mismo modo sucede con las medicinas donadas por varios países a Cuba, el régimen se apropia de ellas o las revende en divisas al pueblo en sus tiendas.

Gran parte de las fisuras en la aplicación de la Ley Helms–Burton se debe a las inconsistencias y vaivenes que existen en la política exterior de Estados Unidos hacia Cuba.

Según la administración en turno, así es el rigor o la lenidad con que se aplica la ley del embargo a Cuba. El resultado a la postre es la ineficiencia en su aplicación mermando el efecto pretendido por la ley, beneficiando al régimen castrista y propiciando la permanencia de la tiranía.

Washington debería ser consistente en la aplicación rigurosa de la Helms–Burton y arreciar los controles sobre lo que se exporta al régimen, ya que una cosa son los bienes que suplen necesidades humanitarias de una población empobrecida y oprimida -como por ejemplo los alimentos y medicinas-, y otra es suplir bienes que ayuden a resolver las necesidades y riquezas del régimen. Porque beneficiar a las dictaduras es contribuir a la opresión de los pueblos.

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