El profesor y activista cubano Pedro Albert Sánchez, de 68 años, fue excarcelado el jueves tras obtener una licencia extrapenal, concedida luego de que se mantuviera en huelga de hambre durante 11 días en la prisión 1580, en La Habana.
En entrevista con Martí Noticias Sánchez, quien demandaba un diálogo con las autoridades, dio detalles sobre su liberación y las restricciones que enfrenta.
“Me dijeron que el tribunal había accedido a la extrapenal debido a mi estado de salud, lo que me permite cumplir la sanción en casa bajo ciertas condiciones”, explicó.
Sin embargo, esta no es la primera vez que el tribunal le otorga la licencia extrapenal. Anteriormente, el activista se negó a firmarla, ya que considera al sistema judicial cubano como un “instrumento de represión”.
Ahora, aunque continúa siendo crítico, decidió aceptarla para mostrar que “todos tenemos que ceder en algún momento”.
El profesor fue condenado a cinco años de prisión por desorden público y desacato tras participar en La Habana en las protestas antigubernamentales que tuvieron lugar en Cuba en julio de 2021.
Aunque durante gran parte de su sentencia estuvo en libertad vigilada, en noviembre de 2023 fue arrestado nuevamente al intentar entregar una carta al Alto Representante de la Unión Europea para los Derechos Humanos, Eamon Gilmore, durante su visita a Cuba.
Tras este incidente, la medida de libertad vigilada fue revocada y el activista fue encarcelado nuevamente, situación que incrementó su condena en un año.
“Con la revocación, mi sanción prácticamente pasó de cinco a seis años. Sin embargo, siento que mi capacidad de perdonar se ha multiplicado, lo que me enriquece como ser humano y pacificador”, reflexionó.
Durante su encarcelamiento, Sánchez emprendió una protesta silenciosa que incluyó 39 días sin cumplir varias normas carcelarias. “No me afeitaba, no asistía a recuentos ni inspecciones y rechazaba la comida del comedor. Fue una desobediencia total”, añadió.
En cuanto a las condiciones en la prisión, Sánchez describió un entorno de privaciones, donde “la vida material está destrozada y el maltrato es natural hasta cierto límite”.
Explicó que los guardias, en su mayoría jóvenes de áreas rurales que reciben formación mínima, intentan hacer su trabajo. “Los baños no descargan, los lavamanos están dañados, y no hay grifos para controlar el agua. Es una situación compleja que necesita ser analizada como un todo”, aseguró.
Diagnosticado con cáncer y una colitis ulcerativa crónica, el activista ha realizado varias huelgas de hambre desde diciembre de 2023 en protesta por sus condiciones y como demanda de atención por parte de las autoridades.
Amnistía Internacional lo declaró prisionero de conciencia, en reconocimiento de la naturaleza política de su encarcelamiento.
Finalmente, Sánchez expresó su preocupación no solo por los presos políticos, sino por todos los prisioneros en Cuba.
“Mi corazón está con todos ellos. Me inquieta la revocación de algunos que están recibiendo algunos beneficios y los largos años de prisión que enfrentan por delitos, como el hurto y sacrificio de ganado, un alimento cada vez más escaso en el país inclusive para los niños”, comentó.
“Siento la responsabilidad de ofrecer mi bondad y el compromiso que el universo ha depositado en mí para con todos los presos de Cuba, y diría que hasta del mundo”, agregó.
Sánchez, quien durante años ha optado por la resistencia pacífica, dijo sentirse en paz.
“Me siento conforme con lo que he logrado, y creo que es posible mantenerme firme, aunque ahora con un estilo más abierto”, concluyó.