Este viernes 22 de marzo, el Congreso de Estados Unidos, aprobó una ley de asignaciones del presupuesto del estado, donde se limita el financiación a ciertas MiPymes cubanas a las que se les demuestren vínculos con el gobierno de Miguel Díaz-Canel.
Según el informe, divulgado en numerosos medios, se entregarán 25 millones de dólares para financiar la llegada de “la democracia en Cuba”, pero no a las empresas que tengan que ver con Mipymes “disfrazadas” de negocios privados que realmente tienen vínculos estrechos con el poder en la isla. Este presupuesto para la “democracia” contó con un aumento del 25% respecto al año anterior.
Además, propone medidas estrictas para prevenir que la administración actual destine recursos económicos democráticos a sanciones no aprobadas oficialmente, incluyendo aquellos denominados “programas de emprendimiento”, que están asociados con corporaciones privadas de Cuba.
Estas empresas, que mantienen relaciones con empresarios y políticos estadounidenses, están bajo la influencia del gobierno cubano, aseguran desde Estados Unidos, de allí, la prohibición de ayuda monetaria a algunas mipymes.
Limitan ayuda monetaria a Mipymes cubanas desde Estados Unidos
También esta nueva legislación, impulsada por el congresista cubanoamericano Mario Díaz-Balart, estipula “directrices específicas para la denegación de visas a entidades gubernamentales y organizaciones internacionales que participen en la explotación de médicos cubanos”.
Díaz-Balart fue directo en su alocución sobre esta nueva ley que prohíbe la ayuda monetaria de Estados Unidos a algunas mipymes de Cuba: “Las políticas confusas de la Administración Biden han sido desastrosas para la seguridad global. En contraste, este proyecto de ley respalda a los amigos y aliados más cercanos de EE. UU. mientras contrarresta a adversarios como China y Rusia y los estados terroristas de Cuba e Irán”.
Hace algunos meses, el gobierno de Biden había prometido que algunas Mipymes cubanas podían beneficiarse de ayuda financiera de bancos norteamericanos, pero luego lo negaron. También se produjo un evento en Miami con algunos de esos empresarios cubanos y muchos fueron señalados como aliados del gobierno actual en la isla. Algo que no gustó en los sectores conservadores del sur de la Florida.
