Por tercer año consecutivo, el reparto de la libreta de racionamiento en Cuba se está retrasando. La razón vuelve a ser la misma: la falta de papel para confeccionarlas.
En algunos barrios de La Habana, su reparto ha sido intermitente. A Luyanó, en el municipio de Diez de Octubre, sí ha llegado, pero en otras zonas, como Cayo Hueso, en Centro Habana, no.
Se lo habían advertido a Olga, vecina del lugar, ya en diciembre, cuando, luego de perder el documento por la calle, tuvo que ir a renovarlo a su Oficoda (Oficina del Registro de Consumidores) correspondiente. “Me dijo la empleada que no me preocupara porque de todas formas no iban a dar la libreta ahora”, cuenta la anciana a 14ymedio. “Ella no sabía si iba a ser en enero, en febrero o si la darían porque estaban ‘muy atrasados'”.
En Nuevo Vedado, municipio de Plaza de la Revolución, el bodeguero les dijo a sus clientes que “hasta el mes que viene”. Mientras tanto, están apuntando los mandados en la hoja de enero de la libreta de 2023. “Para lo poco que dan, sobra papel”, protesta con sorna Roberto, residente del lugar.
Aunque en provincia el panorama es similar –no han dado las libretas en Sancti Spíritus, en Mayabeque, en Villa Clara, en Santiago de Cuba ni en Holguín, por mencionar algunos ejemplos que este diario ha podido confirmar–, solamente el gobierno de Matanzas se ha pronunciado al respecto.
La solución propuesta por la oficialidad mientras reponen existencias es la que lleva a cabo el bodeguero de Nuevo Vedado, que coincide con la del año pasado en la Isla y, antes, la del año anterior
“Desde la Dirección Estatal de Comercio en Matanzas se informa que limitaciones financieras provocaron un atraso en la importación de la materia prima para la confección de las libretas de abastecimiento, lo que trajo como consecuencia una demora significativa en su impresión y distribución para efectuar el cambio de libretas correspondientes al 2024”, reconocía este domingo una publicación en Facebook por parte de la dependencia.
La solución propuesta por la oficialidad mientras reponen existencias es la que lleva a cabo el bodeguero de Nuevo Vedado, que coincide con la del año pasado en la Isla y, antes, la del año anterior: anotar los nuevos productos en la libreta vieja.
Tamara Castillo, directora estatal de Comercio en Matanzas, dijo que la entrega de los documentos “se asumirá de forma transitoria” y explicó que “una vez entregadas las libretas para el año 2024 a los consumidores, el establecimiento minorista debe actualizar las anotaciones en estas a partir de las ventas realizadas anteriormente”, un proceso que debe concluir antes del próximo 30 de marzo.
Que falte “materia prima” para la elaboración de las libretas ya ha dejado de sorprender, pero este año, sobre el mercado racionado sobrevuela la incertidumbre sobre su propia persistencia. Entre las medidas económicas anunciadas para este 2024 en la segunda sesión ordinaria de la Asamblea Nacional el pasado diciembre, aunque sin dar fecha concreta, estaba el fin del subsidio universal a la canasta de alimentos básicos.
“No es justo que reciban lo mismo los que mucho tienen que los que muy poco tienen. Hoy nosotros le subsidiamos lo mismo a un ancianito pensionado que al dueño de grandes negocios privados que tiene mucho dinero”, argumentó entonces el primer ministro de la Isla, Manuel Marrero.
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