MADRID, España.- En marzo de 2024 los cubanos continuaron enfrentando una difícil situación que dio lugar a manifestaciones de insatisfacción y desesperación. El recién concluido mes consolidó el mensaje del pueblo a la dictadura, registrado en el informe de acciones cívicas del Observatorio Cubano de Conflictos (OCC), que cerró con 654 protestas y denuncias.
El paquete de medidas económicas implementadas por el régimen generó un profundo descontento debido a decisiones desacertadas que no hicieron más que aumentar la inestabilidad y el rechazo entre la población. El incremento de precios, la dolarización parcial y la devaluación del peso cubano tuvieron un impacto directo en la vida cotidiana de los cubanos, afectó aún más su poder adquisitivo y su calidad de vida.
La población se enfrenta a dificultades económicas cada vez mayores, lo que ha generado frustración y desesperanza en cuanto al futuro económico del país, alimentando un nuevo estallido social que se multiplicó rápidamente, expone el OCC refiriéndose a las manifestaciones de los días 17 y 18 de marzo. La respuesta violenta del Estado, una vez más documentada ante organismos internacionales, como en la denuncia de este mes realizada por la activista Rosa María Payá en Ginebra, exigiendo la expulsión del régimen castrista del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, reflejó las violaciones sistemáticas de derechos humanos en Cuba, incluyendo ejecuciones extrajudiciales y encarcelamiento de opositores, así como la crisis económica y la falta de oportunidades para los cubanos.
En el periodo analizado se registró una tendencia similar a febrero, pero con un incremento significativo comparado con marzo de 2023, cuando el Observatorio contabilizó 372 protestas.
En cuanto al territorio más activo, La Habana se mantuvo liderando con 152 protestas, seguida por Santiago con 66, Camagüey y Holguín con 35 y Pinar del Río, Matanzas y Guantánamo con cifras similares, cercanas a las 30 protestas.
Las denuncias relacionadas con actos represivos destacaron este mes, con 159 registradas, seguidas por 130 protestas que desafiaron la represión del Estado contra el pueblo. Esta cifra fue similar a las 130 protestas por la crítica situación alimentaria y a las 95 que evidenciaron la preocupante inseguridad ciudadana, marcada por una violencia social en aumento y sin control gubernamental.
La desidia del Gobierno y la ineficiencia del sistema provocaron 69 protestas por los servicios públicos que siguen sin satisfacer las necesidades esenciales de la población, incluyendo la insalubridad, los constantes apagones, la carencia de medicinas y la paupérrima atención de salud pública.
Las protestas vinculadas con los derechos económicos y civiles encabezaron el registro con 365, superando, pero muy cercanas en número a las 289 relacionadas con los derechos políticos y civiles, “un manifiesto franco del cada vez más creciente valor de la ciudadanía, para expresar su rechazo y exigir sus derechos”.
La violencia social fue otro problema que afectó a Cuba en marzo, con casos de violencia callejera y conflictos entre grupos, lo que genera temor en la población. En este sentido, se observaron niveles preocupantes de inseguridad ciudadana.
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