De los 69 millones de litros de leche previstos en Camagüey para 2023, solamente se produjeron 42 millones. La situación se asemeja, así, a Sancti Spíritus, donde de los 42 millones de litros convenidos con el Estado para el año pasado, se dejaron a deber 11 millones, con el matiz de que Camagüey siempre fue conocida por ser, por antonomasia, la tierra del lácteo en Cuba.
El diario oficialista Adelante, que da las cifras este miércoles, reconoce que “en esas condiciones es bien difícil asegurar desde productos hasta la comercialización”, pero se congratula de que, a falta de uno de los alimentos fundamentales para los niños, se ha sumado a la “cartera de ofertas” sucedáneos como “el queso fundido modificado”, hecho, fundamentalmente, a partir de aceites vegetales.
No solo hay escasez de leche natural, sino de leche en polvo, lo cual, dice la nota, “afectó su distribución entre los consumidores de 0 a 6 meses”. La falta del producto repercutió, claro, en la existencia de derivados como quesos, yogures, batidos y helados (cuya escasez en 2023 también se debió a la falta de azúcar).
Habían prometido un sueldo medio mensual de unos 5.000 pesos que acabó siendo de menos de 3.400 pesos
A la hora de atribuir responsabilidades, las autoridades señalaron el confuso argumento de que hay “poca objetividad en el proceso de disponibilidad”, junto a la dificultad de “cubrir plazas hasta en puestos con baja actividad laboral”.
El salario en la industria, concede Adelante, “es muy inferior a los que ofrecen otras formas de gestión económica, especialmente las no estatales”. En concreto, habían prometido un sueldo medio mensual de unos 5.000 pesos que acabó siendo de menos de 3.400 pesos. “La productividad se comportó al 25%”, sentencia el periódico provincial.
Los datos para toda la Isla muestran la debacle del sector. Según el diario oficialista, se dejaron a deber 21.000 toneladas de leche del plan previsto para 2023, frente a las 14.285 que hubo de déficit el año anterior.
Con las principales provincias lecheras, Camagüey y Sancti Spíritus, reportando niveles mínimos de producción, las autoridades no han atinado a decir otra cosa además de que se repartirá el lácteo “cuando haya”. La prensa oficial ha pasado a culpar a los dirigentes de la mala gestión de la industria y estos a los campesinos, que se niegan a entregar la leche al Estado por unas decenas de pesos cuando en el mercado informal ganan 150 pesos por un litro y más por la venta de yogur y quesos.
La escasez ha llevado incluso a los comerciantes a adulterar la leche para “estirarla”, como ha ocurrido en Holguín, donde esta semana 14ymedio reportó que varios compradores se quejaban de que la leche, que usualmente venía mezclada con agua, ahora presenta un sabor y una textura inusuales.
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