Las autoridades cubanas anunciaron la apertura de otras 50 tiendas en dólares en varias provincias del país bajo una red de negocios que incluye a varias empresas mixtas, entre ellas AlmaCaribe S. A. y Mercalhabana, en su empeño de dolarizar la economía para obtener divisas.
El anuncio lo hizo el miércoles en la televisión estatal la viceministra de Comercio Interior (MINCIN), Aracelys Cardoso, quien reconoció que hay una oferta deficiente en moneda nacional en los comercios del país a partir de la contracción de la producción y el déficit de divisas.
Cardoso explicó que ya han sido aprobados 15 negocios: uno mediante contrato de asociación económica internacional, tres dedicados al comercio mayorista, cinco empresas mixtas y ocho “provenientes de siete países diferentes” que no mencionó, vinculados con el sistema empresarial del MINCIN.
La funcionaria dijo que buscan un comercio que esté “bancarizado”, aunque algunos de estos proyectos “tienen aprobada la comercialización en dólares en efectivo”.
Según Cardoso, con el ingreso de divisas a partir de estas modalidades de negocios en la red mayorista y minorista, el país podrá ofrecer en el futuro ofertas en moneda nacional a la población.
Economistas opinan
Este proceso de dolarización está destinado a la captación de la divisa que entra al país, aseguró a Martí Noticias Miguel Alejandro Hayes.
“Recoger dólares de una manera mucho más avanzada. (Este proyecto) está diciendo que están saqueando la economía y que, al mismo tiempo, van a dejar con menos capacidades a la empresa estatal cubana y a todo el aparato económico estatal”, explicó.
De acuerdo con Hayes, esta medida agudizará el desabastecimiento en la economía cubana, al tiempo que fortalecerá el circuito que permite al Estado “convertir las remesas en capital de negocio para GAESA”, el conglomerado militar, “sin necesidad de pasar por la banca cubana”.
Desde La Habana, el también economista Orlando Freyre Santana concluyó que la medida no resolverá la devaluación del peso cubano.
“El desespero que ellos tienen por gastar divisa fresca los va a llevar a acelerar el proceso, que es un proceso que yo creo que no beneficia en nada a la población cubana, al contrario, lo que hace es aumentar sus penurias y dificultades”, opinó.
En un análisis sobre el tema, el economista cubano Pedro Monreal criticó lo que calificó de “una nueva vuelta de tuerca a la dolarización en Cuba”. El MINCIN “se suma vigorosamente al reemplazo del peso cubano por divisas, segmentando mercados, debilitando la política monetaria y favoreciendo desigualdades”, escribió en un hilo en la red social X.
Monreal señaló con sarcasmo que el “entusiasmo dolarizador” del MINCIN arranca del reconocimiento de que hay una “oferta deficiente en moneda nacional”, aunque no menciona que en Cuba también son deficientes los salarios y pensiones en moneda nacional.
“La dolarización no resuelve esos problemas estructurales”, subrayó el experto. “Afirmar que las divisas recaudadas servirían para aumentar ofertas en moneda nacional a la población es, cuando menos, una idea desacreditada por la práctica reciente, sobre todo cuando se anuncia una considerable inversión en la propia infraestructura comercial”.
Otras opiniones apuntan a que este proceso de dolarización incrementará las diferencias sociales en la nación.
El activista Guillermo del Sol dijo a Martí Noticias desde Santa Clara que al cubano de a pie “no le interesa lo que van a vender ahí”, en referencia a la nueva red de comercios en dólares, a la que solo tendrán acceso, apuntó, los cubanoamericanos que vayan de visita a la isla y la clase privilegiada, en la que incluyó a los altos mandos del éjercito y el gobierno, y sus familiares.
El emprendedor privado Vladimir Ríos Cruz dijo, por su parte, que al tener el Estado “el control de la divisa, tienen el control de la sociedad, y al tener control de la sociedad, tiene el control del poder”.
“Es una medida desesperada”, dijo Juan Alberto de la Nuez Ramírez. Lo que buscan, simplemente, es “recoger los pocos dólares que están circulando en la calle”, y que entran al país a través de las remesas de cubanos en el exterior, para intentar “salir de sus propias deudas”, sin importar que en el proceso se afecte la población.
Al respecto, Monreal apuntó que, en principio, la captación interna de divisas no requiere comercio interno dolarizado. “En una economía con unificación monetaria y cambiaria esa función la cumplen los mercados cambiarios (oficial e informal). El comercio interno en divisas es una opción. No es una necesidad”, apuntó.
Dolarización, parte de un “Programa de Gobierno”
La Habana dio a conocer recientemente un “Programa de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía en 2025”, del que formaría parte este proceso que el régimen llama “dolarización parcial”.
En un post sobre el tema, Monreal criticó el hecho de que la nota oficial sobre el programa gubernamental no presentara detalles, sino “anhelos y generalizaciones”.
Para poder valorar este tipo de programa de gobierno se necesitaría información pública sobre un análisis autocrítico, objetivos cuantificados, plazos, indicadores de seguimiento y de evaluación, y recursos para su implementación, explicó Monreal en redes sociales.
El experto echó de menos en el anuncio oficial una valoración de las “distorsiones” no resueltas por el fracaso del “ordenamiento”, el ambicioso programa gubernamental anterior que buscaba enmendar una economía en crisis total.
Agregó que el anunciado “Programa de Gobierno” actual parece haberse olvidado de la gran promesa del ordenamiento acerca de generar importantes beneficios para todos los cubanos.
“En Cuba hay empobrecimiento masivo y alta desigualdad, pero no se miden oficialmente para camuflar esa realidad. Sin embargo, hay un indicador (remuneración de trabajadores como % del PIB) que exhibe una brutal compresión de ingresos, rivalizando con ajustes neoliberales”, subrayó el economista.