La Federación Internacional de Fútbol (FIFA) invirtió ocho millones de dólares en Cuba entre 2016 y 2022, según un informe oficial de la asociación. La información sobre el dinero, que se entregó a la oficialista Federación Cubana de Fútbol, ha motivado una polémica entre los aficionados al deporte, que denuncian las malas condiciones que enfrentan los futbolistas de la Isla para su entrenamiento.
El reporte de la FIFA, que rinde cuentas de lo que han hecho sus directivos para fomentar el fútbol mundial durante el último sexenio, aclara que el plan inicial era enviar 11 millones a la Isla, pero que finalmente solo se aprobó el 70,6% de las peticiones de inversión.
Un gráfico del informe desglosa el monto: 2,5 millones de dólares se dedicaron a los equipos masculinos del país y 500.000 a los femeninos; 1,6 millones a la reparación de infraestructuras; un millón a pagar la organización de competencias; 400.000 a la compra de equipos y otros tantos al entrenamiento, mientras que 900.000 se emplearon en pagar a los directivos.
En un apartado sobre proyectos específicos en los últimos seis años, la FIFA celebra haber financiado la reparación integral de dos estadios y una cancha en el país. Además, compraron un vehículo para el transporte de jugadores, y pagaron cuatro competiciones y los estudios de dos entrenadores y un árbitro.
En un apartado sobre proyectos específicos en los últimos seis años, la FIFA celebra haber financiado la reparación integral de dos estadios y una cancha en el país
En resumen, asegura el informe, del dinero de la FIFA dependió el pago de 885 jugadores de equipos masculinos, 10 mujeres árbitros, 37 clubes locales y 94 partidos. El texto solo ofrece detalles de un proyecto: la instalación de la cancha de césped sintético en el estadio santiaguero Antonio Maceo, que costó 600.000 dólares.
“Debido al clima de la ciudad, señala el documento, “fue difícil mantener la cancha y asegurar que contara con una superficie de calidad, de ahí que la Asociación optara por el césped artificial”. La inversión también incluyó nuevas porterías, gradas y material de oficina para los directivos. La FIFA considera al estadio, tras la reparación, como “el más importante de la región” e ideal para ser anfitrión de “eventos nacionales e internacionales”.
En 2021, cuando la FIFA envió el dinero a Cuba, la prensa oficial publicó un detallado reportaje sobre el plan para el estadio y criticaba que el uso de césped sintético trajera consigo “desventajas respecto a la intensidad de los impactos y la acumulación del calor”.
El trabajo para nivelar el terreno fue titánico y no todo dependió del dinero internacional, señaló entonces Cubadebate. Las autoridades locales enviaron 7.000 metros cúbicos de áridos, dijo el medio, para poder nivelar el terreno. La reparación fue dirigida finalmente por la compañía española Evergrass, que se encargó del montaje de 43 rollos de manta para sostener el césped sintético, enviado desde Países Bajos.
El mensaje de las autoridades deportivas en aquel momento era optimista: “Utilizamos materiales acordes al primer mundo. La calidad está garantizada”, agregaron la fórmula de rigor: “Agradecemos el apoyo del Gobierno y el Partido durante esta primera etapa de la obra”.
“¿Cómo es posible que los jugadores no puedan cambiar los uniformes porque estos tienen que ser reutilizados?”
Tras la publicación del informe, tanto los aficionados como varios periodistas han subrayado que la inversión de la FIFA en Cuba ha tenido escaso efecto en la calidad del fútbol en la Isla. “El régimen de Cuba se ha tragado varias veces el dinero de la FIFA”, denunció el periodista Ariel Maceo Téllez en su cuenta de X. “Y peor, se burla de ella. El estadio Pedro Marrero recibió capital para su remodelación, y sigue igualito. Cuba se salta las fechas FIFA cada vez que quiere. Ellos detestan que el fútbol cubano crezca”.
“¿Cómo es posible entonces que no tengamos un estadio con alumbrado y tengamos que jugar partidos de local en un tercer país? ¿Cómo es posible que los jugadores no puedan cambiar los uniformes porque estos tienen que ser reutilizados?”, preguntó, por su parte, el columnista de OnCuba Alexánder Ramírez Tápanes.
Ramírez Tápanes aludía a un reciente episodio que involucró al futbolista cubano Fabián Gloor, quien se negó a entregar el pulóver de su uniforme a un jugador ruso, tras un partido amistoso entre ambos países el pasado noviembre. Preguntado por la causa de su negativa, el atleta respondió que solo tenía una camiseta y no podía regalarla.
Otros comentarios invitaban a la FIFA a revisar sus acuerdos con Cuba, que experimenta actualmente una estampida de jugadores profesionales en múltiples disciplinas. No obstante, muchos suponen que la FIFA “es cómplice” del régimen y que “no hará nada” por revertir la situación.
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