MIAMI, Estados Unidos. – En los primeros seis meses de 2024, Cuba ha experimentado un “alarmante” aumento en los índices de criminalidad, según un informe reciente publicado por el Observatorio Cubano de Auditoría Ciudadana (OCAC). El documento, que ofrece un detallado análisis de la situación de inseguridad pública en la Isla, destaca que se registraron 432 delitos en todo el país durante este período, lo que representa un promedio de 2,37 crímenes por día y un 33,56% más que en el mismo período del año anterior.
El informe desglosa los delitos cometidos entre enero y junio de 2024, con aumento en casi todas las categorías. Se reportaron 91 asesinatos, 260 robos, 39 asaltos y 29 agresiones. Estos números representan un aumento del 111% en los asesinatos, un 290% en las agresiones y un 208% en los robos en comparación con el primer semestre de 2023.
En cuanto a la distribución geográfica, La Habana y Santiago de Cuba fueron las provincias con mayor incidencia de crímenes, especialmente asesinatos y robos. Específicamente, La Habana registró 96 robos, mientras que Santiago de Cuba y Holguín destacaron por los altos índices de violencia, con 21 asesinatos cada una.
El OCAC explicó que los datos recopilados provienen de fuentes abiertas y confirmadas, que incluyen denuncias, notas periodísticas y declaraciones publicadas en redes sociales y medios tanto estatales como independientes. Sin embargo, el informe advierte sobre las limitaciones inherentes a la recolección de datos en una sociedad cerrada como la cubana, donde muchos crímenes no se denuncian o no llegan a ser reportados públicamente.
El informe también destaca la creciente influencia de la corrupción y el crimen organizado en la sociedad cubana. Según el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) de Transparencia Internacional, Cuba obtuvo un puntaje de 42/100 en 2023, el peor resultado en la historia del monitoreo de esta institución. Este puntaje, que indica un nivel grave de corrupción, coloca a Cuba entre los 23 países con peores resultados a nivel global.
El OCAC señala que la corrupción en Cuba está profundamente arraigada en un sistema que carece de transparencia y separación de poderes. La historiadora Ivette García González, citada en el informe, afirmó que “la corrupción se extiende e integra a la crisis sistémica. Es una corrupción estructural, asociada a un modelo estalinista que carece de los mínimos democráticos, crea condiciones favorables y no cuenta con mecanismos eficaces para combatirla”.
Además, el crimen organizado, particularmente entre pandillas juveniles, está ganando terreno en varias provincias del país. El informe documenta incidentes de violencia entre pandillas en Santiago de Cuba y La Habana, donde las autoridades han reconocido la existencia de bandas criminales que “implementan el terror” entre los residentes locales.
Otro aspecto preocupante que señala el informe es el incremento del tráfico y consumo de drogas en la Isla. En una operación antidroga llevada a cabo en febrero de 2024, decenas de personas fueron detenidas en un parque de La Habana conocido por ser un punto de encuentro para adictos. La droga más consumida en estos lugares es el cannabinoide sintético conocido como “el químico”, altamente adictivo y de bajo costo.
El informe del OCAC critica duramente la respuesta del Gobierno cubano ante el aumento de la criminalidad, señalando que las autoridades han centrado sus esfuerzos en maquillar las estadísticas y proyectar una imagen de eficiencia policial que no se corresponde con la realidad. A pesar de los intentos por controlar la percepción pública, el informe asegura que “el Estado no ha mejorado su eficiencia en la persecución, captura y castigo de los criminales”.
Finalmente, el OCAC subrayó la importancia de la transparencia y la denuncia pública como herramientas esenciales para abordar la crisis de seguridad en Cuba. “Es cierto, la situación continúa deteriorándose, pero sin conocerse la realidad no es posible presionar con eficacia para darle solución. Y la luz ¡finalmente! se abre paso”, concluye el informe.
