Lázaro Rodríguez Fernández es un hombre que vive en la completa pobreza y abandono en Cuba.
Dice estar solo, sin ayuda ni del régimen, ni de los servicios sociales o del presidente. Con problemas de salud como diabetes, hipertensión y gastritis, se encuentra en una situación desesperada.
Su casa, ubicada en Guanabacoa, se derrumbó y las autoridades se niegan a brindarle algún tipo de asistencia. Lázaro denuncia que los funcionarios de vivienda y trabajadores sociales están involucrados en negocios turbios, vendiendo casas y propiedades estatales.
Sin recursos económicos, ni siquiera para comprar sus medicamentos, Lázaro se ha visto obligado a mendigar en las calles de La Habana para poder comer.
