MIAMI, Estados Unidos. – El pasado 23 de mayo, el cuerpo del cubano Rafael Fernández, de 42 años, fue encontrado en la orilla del mar, en el poblado de Playa Baracoa, al oeste de La Habana, según informó en una publicación de Facebook el periodista cubano Michel Hernández.
“El día antes alguien lo vio entrar al mar, pero no lo vieron regresar”, precisó el periodista.
Fernández, graduado de Física en la Universidad de La Habana, dividía su vida entre Canadá y Cuba, donde, según la publicación de Hernández, encontró su espacio de realización y paz gracias al mar.
“Salía a pescar y bajaba en apnea unos 30 o 35 metros. Los que conocen de esta disciplina saben que es una distancia de respeto. Quizá esas profundidades fueron las últimas que vieron sus ojos”, señaló Hernández.
“Rafa desafió una de las premisas de la pesca. No irse solo al mar. Pero se fue. Era un muchacho que vivía según sus propias reglas y murió también por ellas. En su caso sí se puede afirmar que murió como vivió. En libertad”, aseguró Hernández.
El periodista también apuntó que Fernández no solo disfrutaba del mar, sino que también lo compartía con sus amigos. “No la simpleza de los arrecifes o la ola embravecida. (…) Rafa les mostraba otra cosa, una inmensidad que ellos desconocían”.
Según Hernández, el fallecido “tenía una premisa”. “No era uno de esos pescadores que salen con un ánimo depredador”, escribió. “En las profundidades buscaba el pez adecuado y de no encontrarlo se iba con las manos vacías. Para él era ese pez o nada”.
El 27 de mayo, los padres y amigos del fallecido depositaron sus cenizas en Playa Baracoa, en el mar. “Lógicamente, no podía ser de otra forma”, escribió Hernández.
En la ceremonia, su madre expresó el profundo dolor de su pérdida, diciendo que no sabrá cómo seguir, pero que sentirá a su “Rafa” en las experiencias vitales que compartió con sus amigos. Su padre recordó a Rafael no solo como un hijo, sino también como un compañero y amigo.
Hernández concluyó la publicación con una reflexión sobre la despedida de Rafael: “La ceremonia fue difícil. Pero de alguna manera ‘Rafa’ quiso que sus amigos y su familia se reunieran una tarde junto al mar para compartir las anécdotas de la vida o para despedirlo. Él quizá encontró el pez definitivo que siempre estuvo buscando en el mar. Y tras ese descubrimiento no pudo volver atrás”.
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