MIAMI, Estados Unidos. – La crítica falta de gasolina y diésel mantiene paralizadas a las estaciones de servicio en varias ciudades de la Isla, mientras el Gobierno continúa sin ofrecer información pública sobre las causas de la crisis. El déficit ha dejado varados a vehículos particulares y del transporte público, generando largas filas de conductores en espera de un suministro que no llega.
Esta nueva urgencia se suma a la persistente crisis energética que aqueja al país desde hace meses. Tras los apagones masivos que obligaron a suspender clases y labores, la población encara ahora otro desafío: la imposibilidad de adquirir combustible. “Llevamos tres días esperando que llegue un camión de combustible”, declaró Armando Corrales, quien aguardaba en su camioneta en una gasolinera de la capital, a la agencia de noticias Reuters. “La gente ha dormido aquí en la fila para no perder su lugar”, añadió.
La Habana ha recibido cantidades mínimas de combustible desde el miércoles, según datos oficiales recogidos por una aplicación estatal que monitorea las entregas a las estaciones. Sin embargo, no existe todavía ninguna aclaración por parte de las autoridades. Anteriormente, funcionarios atribuyeron la escasez a las dificultades para comprar combustible en el mercado internacional, agravadas por las restricciones financieras derivadas del embargo estadounidense.
A esta situación se suma el descenso en el envío de crudo y combustibles por parte de Venezuela, un aliado histórico del régimen que, entre enero y noviembre de este año, redujo sus suministros a la Isla en un 44%, según datos de la empresa estatal PDVSA citados por Reuters.
Aunque México ha contribuido a aliviar parcialmente la situación, su ayuda consiste sobre todo en petróleo crudo, lo que ejerce mayor presión sobre las anticuadas refinerías cubanas.
A principios de año, el Gobierno cubano instauró la venta de combustible en dólares a precios no subsidiados, con el propósito de asegurar un suministro más estable. Sin embargo, en las últimas jornadas incluso esas estaciones, más caras y en divisas, han registrado fallos. “Las colas son kilométricas, incluso cuando uno va a comprar ahora combustible en dólares”, lamentó Jorge Figueredo, entrevistado en Miramar.