En declaraciones a Prensa Latina, el apodado como Xiao Bai o «Pequeño Blanco» mencionó la tensión a la que estuvo sometido durante todo el concurso, la presión que significó representar a Cuba y lo feliz que le hace este éxito.
Según datos de la competencia, se trata del mejor resultado que ha alcanzado la isla caribeña desde la primera edición en 2002.
«De 138 competidores redujeron a 30, luego 15 y después hubo un ganador por cada continente, tuve que responder preguntas sobre la cultura china y además ofrecer un discurso, recitar un poema de la dinastía Tang, cantar, en fin, cosas que en mi país no hago», comentó entre risas.
Blanco agradeció la experiencia que le permitió conocer mejor la región autónoma sureña de Guangxi, donde se realizó la mayor parte del concurso.
Este lugar alberga la mayor población de minorías étnicas del gigante asiático, allí vive el pueblo zhuang que constituye el 32 por ciento de la población china.
“Me he sentido muy atraído por la cultura de este país desde pequeño, cuando tuve que venir a vivir para acá por el trabajo de mis padres, eso me permitió estudiar en escuelas aquí y aprender el idioma que luego fui perfeccionando”, señaló.
En la China pospandemia es la primera vez que estudiantes de unos 120 países compitieron para mostrar su dominio del mandarín,.
Alberto Blanco fue el ganador del certamen Puente Chino a nivel nacional en la isla caribeña y arribó al gigante asiático para participar en la final del evento, seguida por más de 100 millones de espectadores extranjeros.
“Se trata de un concurso muy difícil, los demás competidores estaban muy bien preparados, cada uno representó a un Instituto Confucio de sus respectivos países”, comentó.
Puente Chino se realiza desde el año 2002 y a través del tiempo ha propiciado el acercamiento a los grandes cambios experimentados por la nación asiática desde entonces.