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Cuba: otro año sin libertad religiosa 

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Cuba: otro año sin libertad religiosa 
Cuba: otro año sin libertad religiosa 

MIAMI, Estados Unidos. – Termina 2024 y en Cuba los cambios brillan por su ausencia; de hecho este año ha sido uno de los más difíciles que el pueblo cubano ha enfrentado en las más de seis décadas de castrismo, entre apagones eléctricos, hambruna, escasez de productos de todo tipo, hospitales carentes de recursos, y el aumento de la represión gubernamental que acentúa aún más la desesperanza de un país que se desploma en brutal caída, sin encontrar fondo.

Así que este que finaliza es un año más de opresión en todos los ámbitos. La esfera religiosa no se queda exenta. El régimen, por supuesto, mantuvo, como en años anteriores, un discurso muy distante de la realidad ante la opinión pública internacional exponiendo que “el Estado cubano reconoce, respeta y garantiza la libertad religiosa y de creencias sin discriminación alguna”. Pese a que la Constitución establece que “las distintas creencias y religiones gozan de igual consideración” y que la libertad de culto debe ser garantizada y protegida penalmente, el control sobre los diferentes grupos religiosos por parte de la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), indica más bien que la separación entre Iglesia (religión) y Estado no es algo que funcione en la práctica y que en Cuba el órgano rector de todo es el PCC y no la Constitución precisamente.

Sobre este tema de primordial importancia hemos compilado los criterios de varios activistas y personalidades religiosas de dentro y fuera de la Isla, opiniones que difieren totalmente de la apología que de sí mismo mantiene el régimen cubano. 

Jorge Núñez, laico católico, microbiólogo, escritor y humanista cristiano, vive en Cuba: “En un país con un régimen comunista de partido único, la libertad religiosa nunca se puede respetar en sentido amplio. El régimen esencialmente no ha cambiado y proclama su continuidad. Quiere decir, que se sigue tratando del mismo régimen que persiguió y reprimió a los cristianos, que dejó vacías a las iglesias, el régimen que envió a muchos cristianos a las UMAP porque no encajaban con el ideal guevariano del hombre nuevo socialista”. 

Teo Babún, cubanoamericano, presidente y CEO de Outreach Aid to the Americas y filántropo cristiano: “En Cuba, la violación de la libertad religiosa puede atribuirse a varios factores, entre los que se incluyen: 

1. Historia política: Durante mucho tiempo, el Gobierno cubano ha mantenido un control estricto sobre la sociedad, lo que ha llevado a la supresión de ciertas libertades individuales, incluida la libertad religiosa.

2. Ateísmo oficial: Durante muchos años, el Gobierno cubano promovió el ateísmo como una ideología oficial, lo que llevó a la persecución y discriminación de practicantes de diversas religiones.

3. Restricciones legales: A pesar de que la Constitución cubana reconoce la libertad de religión, existen leyes restrictivas que limitan la práctica religiosa, tales como restricciones en la construcción de lugares de culto y la difusión de creencias religiosas.

4. Vigilancia estatal: Las autoridades cubanas han mantenido un control constante sobre las comunidades religiosas, monitoreando y limitando sus actividades, lo que puede llevar a la autocensura y a la falta de libertad para expresar y practicar sus creencias”.

Dagoberto Valdés Hernández, laico católico, director del Centro de Estudios Convivencia, escritor y conferencista; vive en la Isla: “En Cuba no hay libertad de religión porque todo el que intenta ser consecuente con su fe en los ámbitos sociales, políticos y económicos, es reprimido y amenazado. Porque se quiere reducir la religión a un culto intimista y privado, reducido dentro de los templos. Porque existe una ‘Oficina de Atención a Asuntos Religiosos’ que controla toda la actividad religiosa, y da permisos o no para realizar actos solo seudopiadosos fuera de los templos”.

Yoe Suárez, exiliado cubano, escritor, editor, periodista independiente y activista cristiano: “En Cuba no hay libertad religiosa porque los creyentes experimentan restricciones tremendas para acceder al espacio público, a los medios estatales, y para elegir la educación que será dada a sus hijos, pues hay un solo sistema educacional. Para colmo, la creciente población cristiana no puede edificar nuevos templos o reparar los viejos sin que medien millas de burocracia (una que, con toda intención, busca afectar la influencia social de la Iglesia)”.

Elsa Morejón Hernández, creyente bautista, activista a favor de los derechos humanos; vive en Cuba: “La libertad de religión está censurada en Cuba. La libertad de culto está sujeta a la voluntad del Gobierno (PCC). Hay instituciones religiosas a las que la dirección del país no les permite sus reuniones de culto, incluso les impide inscribirse en el registro de Asociaciones del Estado. Solo se permite la entrada y distribución de la Biblia en el país por un permiso especial a las instituciones de la Iglesia. En ninguna escuela del sistema escolar, en sus bibliotecas, está la Biblia. Ninguna imprenta del país, todas bajo el control del PCC-Estado, ha imprimido la Biblia”.

Amir Valle, cubano nacionalizado en Alemania, creyente cristiano, escritor, periodista y editor: “¿Libertad religiosa? Fe permitida, fe vigilada y fe prohibida: eso es lo que existe en Cuba. Una libertad religiosa condicionada a la obediencia y la sumisión a la dictadura. No existe libertad religiosa cuando esta debe ejercerse bajo las botas de la ideología y el poder político gobernante”.

Berta Soler, creyente católica, líder de las Damas de Blanco; vive en Cuba: “No se respetan las libertades religiosas en Cuba. Todos los domingos las viviendas de las activistas de las Damas de Blanco son sitiadas por represores de la Seguridad del Estado y la Policía, para impedirnos participar de las misas en diferentes iglesias. Somos detenidas cerca de las iglesias o al salir de nuestras casas y somos liberadas después de terminar las misas y hasta 72 horas más tarde”.

Yaxis Cires, cubano exiliado, licenciado en Derecho (Cuba y España), director de Estrategia Política del Observatorio Cubano de Derechos Humanos: “En Cuba no se respetan ni garantizan las libertades religiosas de manera plena. El régimen cubano continúa utilizando sus sistemas de vigilancia y control para monitorizar y responder a cualquier expresión pública, especialmente política, de quienes asumen un compromiso cívico acorde con los valores de su fe. Igualmente limita la acción e influencia social de las entidades o congregaciones religiosas, ante todo de aquellas que reclaman mayor presencia en el espacio público y en las comunidades”.

Annia Zamora, creyente católica, activista de las Damas de Blanco, madre de la presa política Sissi Abascal: “Considero que en Cuba no hay libertad religiosa porque en nuestro caso, Damas de Blanco, somos detenidas, no importa el día, ni la hora. Las damas de blanco presas no tienen tampoco ese derecho, no hay capilla religiosa ni nada parecido en las cárceles, ni reciben capellanía carcelaria. Puedo decir que mi hija Sissi, al igual que Sayli Navarro, sufren mucho por no tener la asistencia espiritual”.

Osvaldo Gallardo, cubanoamericano, creyente católico, editor, profesor, escritor, bibliotecario y promotor cultural: “Esta puede parecer una afirmación muy categórica: la libertad religiosa en Cuba es una moneda de cambio. Y la libertad, sea cual sea su apellido, no puede ser una moneda de cambio. No hay libertad en Cuba para nada… Se ha hablado de libertad de culto; tampoco la hay. Pues si el culto representa una amenaza puede ser invadido; de hecho, todas las comunidades religiosas son acechadas por la policía política. Toda acción referida a la libertad religiosa es manipulada, dirigida, vigilada. El Padre Estado Totalitario se ha encarnado en las jerarquías eclesiales y les dicta, incluso desde la conciencia, qué deben hacer y qué no”.

Iván Hernández Carrillo, creyente católico, exprisionero político, bibliotecario y periodista, miembro del partido Pedro Luis Boitel; vive en Cuba: “El régimen continúa utilizando su aparato de represión política para perseguir cualquier expresión pública de la fe, especialmente, en el ámbito cívico-religioso. Los ejemplos más elocuentes son los de las Damas de Blanco, a quienes no se les permite asistir a misa los domingos. También a los presos políticos las autoridades carcelarias les niegan la asistencia religiosa. Aunque el régimen ha autorizado las procesiones en la Isla, aún continúan las prohibiciones en algunas parroquias, fundamentalmente en La Habana y Oriente. Las autoridades prohibieron durante este año la realización de procesiones religiosas durante las celebraciones de la Semana Santa”.

Carlos Sebastián Hernández de Armas, cubano exiliado, pastor bautista e historiador: “Son muchas las razones para exponer que la libertad religiosa en Cuba es violada:

1. La Oficina de Asuntos Religiosos del Comité Central del PCC con sus tentáculos en cada municipio. 

2. El ostracismo al que el Gobierno somete a la iglesia: cero presencia en los medios de comunicación, prohibido cultos públicos, ni nada fuera del templo. Prohibido comprar nuevas propiedades.

3. Amenazas continuas sobre pastores y líderes para silenciar su libertad de expresión. 

4. Control del Gobierno sobre el Consejo de Iglesia de Cuba. El régimen obliga a las diferentes denominaciones, aunque no sean miembros del Consejo, a ir a ellos para cualquier tipo de trámites: literatura, visas, permisos de construcción, etc.”.

Alberto Reyes, sacerdote católico, escritor, conferencista; vive en Cuba: “Sería muy evidente que prohibieran el culto religioso, por eso lo permiten, aunque nos espían. Todo lo que pudiera provocar efecto de concienciación de masas lo cortan de raíz porque no pueden permitirse que haya una voz discordante, mucho menos cuando esa voz pone su fundamento en Dios. El sistema en Cuba es totalitario, la iglesia, por definición, es una escuela de libertad; eso nos hace antagónicos. Es decir, el Gobierno en Cuba necesita tener el control sobre todo, por tanto no va a permitir que la iglesia despliegue todo un abanico de acciones que puedan influir en la mentalidad de las gentes y les ayude a pensar”.

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