LA HABANA, Cuba. – “Con los apagones la vida es más difícil. Tengo una cocina eléctrica y mis hijos han comido tarde porque ha habido apagón”, dice la holguinera Loreta Ibarra Bravo, quien en reiteradas ocasiones ha tenido que esperar por el restablecimiento del servicio eléctrico para cocinar.
Su desasosiego va más allá de la elaboración de alimentos. “Vivo en una constante incertidumbre y temor de que se eche a perder la leche o algún cárnico que tengo en el refrigerador y que con tanto sacrificio mi esposo y yo hemos comprado”, dice.
Otro holguinero, Rudy Infante Guzmán, ha perdido la esperanza de que haya mejoría. “Los apagones llegaron para quedarse. Los estamos sufriendo desde que yo tengo uso de razón y ya voy a cumplir 56 años. Mientras siga este Gobierno los apagones continuarán”, asegura.
En su canal de Telegram, la Empresa Eléctrica publica a diario los horarios del servicio eléctrico. Si bien esto podría ayudar, no es un consuelo: “Ahora sabemos cuándo quitan la corriente y nos planificamos, pero aun así los apagones son muy molestos”, comenta Miriam López Fernández.
Ya es común que por el incremento del déficit en la capacidad de generación se afecten circuitos sin estar previstos. “La hora del apagón es incierta. Se ha dado el caso de que nos quitan la corriente sin estar en el plan”, dice Walter Bernal Prieto.
Son las 4:00 de la tarde y varias personas esperan que se restablezca el servicio eléctrico para extraer dinero de un cajero automático. “Estamos aquí desde por la mañana. Quedó dinero, pero hay que esperar que venga la corriente para extraerlo”, dice Loyda Claro Marrero.
En la cola de otro cajero de la ciudad de Holguín, Jorge Alejandro Cuéllar también está a la espera. “La quitaron [la corriente eléctrica] a las 12:00 del mediodía y desde entonces estamos aquí esperando que la pongan a las 6:00. Todavía quedan dos horas y no tenemos otra opción porque no podemos irnos sin dinero”.
César Gutiérrez Romero llegó a las 6:30 de la mañana; ya casi el reloj marca las 12:00 del mediodía y, por un apagón, no ha podido extraer su dinero. “No dormí bien por el apagón, me levanté contrariado y llegué aquí y no puedo sacar el dinero porque hay apagón. Eso es criminal”, dice.
El corte del servicio eléctrico también afecta al funcionamiento de las tiendas, donde es común ver el cartel “Cerrado, no hay corriente”. “No pude hacer las compras por el apagón. Llevo esperando dos horas, tendré que regresar mañana”, lamenta Iliana Cruz Lorenzo.
Por su parte, Yuritza García Cruz relata la amarga experiencia que sufrió con su pequeña nieta en pleno apagón. “Anoche yo estaba en casa de mi hija y se fue la corriente a las 6:00 de la tarde. Estaba todo oscuro. Cuando empezamos a bañar a mi nieta de dos años, la luz del celular se apagó y la niña empezó a gritar”.
La Empresa Eléctrica ha “organizado” los cortes del servicio eléctrico por bloques, circuitos y horarios. “Para mí el peor apagón es el de 6:00 de la tarde a 12:00 de la medianoche. En ese horario se preparan los alimentos para la comida”, considera Luis Pedroso Rosales.
Sin embargo, para Julio Garrido Delgado el apagón más traumático es el de la madrugada. “Ese es el más duro. No se puede dormir por el calor y los mosquitos. Si la van a quitar, prefiero que sea de 6:00 de la tarde hasta las 12:00 de la medianoche”, dice.
La misma opinión la comparte Alina Almaguer Vázquez. “El de la madrugada es el que más golpea, sobre todo para los que trabajamos, que no dormimos bien por el calor y al otro día rendimos poco en el trabajo”.
Según relata Carmen González Domínguez, en los municipios la situación es peor. “Antes de ayer en Sagua de Tánamo nos quitaron la corriente a las 4:00 de la tarde y nos la pusieron a las 6:00 de la mañana. Ayer nos la quitaron a las 4:00 de la tarde otra vez, nos la pusieron a las 12 de la medianoche y después la volvieron a quitar a las 6:00 de la mañana”.
Como solución para el calor en pleno apagón, González compró ventiladores recargables para sus hijos. “Considero a los hijos que sus padres no tienen dinero para comprar ventilador recargable, porque no todo el mundo tiene para dar 15.000 pesos por un ventilador”, lamenta la mujer.
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