Luego de permanecer desaparecidos por 5 angustiantes días en altamar, el pescador Jacinto Octavio Rivero Li y el pequeño Alexander Turiño Nualla de 12 años finalmente regresaron a sus hogares, recibiendo un cálido y emotivo recibimiento de parte de sus familias, amigos y vecinos.
Imágenes difundidas en redes sociales muestran la gran expectativa con que aguardaban en sus respectivos barrios el retorno del niño y del experimentado pescador, conocido como “El Chino Li”.
“Un chino inmortal y un niño con un valor increíble… ¡Una vez más, bienvenidos!”, resumió un usuario en Facebook el sentir de los pobladores, que habían estado pendientes del caso y rezado por el rescate de ambos.
Según confirmó la fuente oficialista Salvando Vidas, los náufragos fueron hallados con vida en Cayo Cigua, sur de Matanzas, luego de que fuertes marejadas y vientos del noreste arrastraran su embarcación haciéndoles perder el control de la misma.
Tras 5 angustiosos días de deriva, lograron recalar en ese cayo, donde fueron auxiliados por pescadores que dieron aviso a las autoridades. Finalmente, tropas de la Guardia Fronteriza y de Salvamento acudieron a rescatarlos.
Alexander, residente en el reparto Tulipán de Cienfuegos, había sido visto por última vez pescando con Rivero Li en la zona de Rancho Luna alrededor de las 3 pm del sábado 21 de enero. Al día siguiente trascendió que ambos habían salido en un bote de aluminio.
“Se vio la luz que tenían hasta las 4 de la mañana, después no se supo más nada”, narró una fuente, agregando que les habían advertido no salir ante el mal tiempo. Pese a eso, partieron y quedaron atrapados varios días entre fuertes mareas.
A su regreso, carteles daban la bienvenida al pequeño superviviente y al “Cristóbal Colón” de los mares, como llamaron cariñosamente a Rivero Li. Sus historias pronto se hicieron virales.
El reporte de cubanos desaparecidos se ha vuelto recurrente en los últimos meses, al igual que pedidos públicos de ayuda para localizarlos, en medio de un contexto de creciente violencia en la isla.
Afortunadamente, en esta oportunidad hubo final feliz para el niño y el experimentado pescador tras su odisea en altamar, gracias a la ayuda de quienes no cesaron en su empeño de encontrarlos.