Un jurado federal de Miami condenó el pasado 18 de octubre al estadounidense Javier Hernández por los delitos robo de embarcaciones, secuestro, extorsión y tortura a migrantes, entre ellos varios cubanos, además del pago de sobornos a autoridades. El acusado, que será sentenciado el próximo 5 de enero, era parte de una un grupo delincuencial conocido como la Mafia Cubana, que operaba en la Isla, México y EE UU.
Esta red criminal secuestraba en México a los cubanos en su travesía hacia EE UU y los amenazaba para obtener datos de familiares a los que les exigían 10.000 dólares por su libertad. Les advertían que si no pagaban “matarían de hambre a los rehenes”. Según la investigación hubo cubanos que “recibieron descargas” y los torturaron poniendo pistolas en la cabeza.
“Si el familiar de una víctima podía pagar el rescate, la organización liberaba a la víctima y la enviaba en autobús a la frontera entre Estados Unidos”, señaló el Departamento de Justicia estadounidense.
Son constantes las denuncias de cubanos que son secuestrados en México. En mayo del año pasado, Bárbara Rodríguez Téllez vivió, junto con su hijo, 26 días de cautiverio en la ciudad fronteriza de Ciudad Juárez con El Paso, Texas. “Ver que podían matar a mi hijo… Me apuntaban con un arma aquí (en el cuello) y a él lo arrodillaban. Si yo no decía lo que ellos me decían, mataban a mi hijo”. En su caso, los familiares tuvieron que pagar 30.000 dólares para que los liberaran.
En agosto pasado la Policía de Quintana Roo liberó a un grupo de cubanos que había sido secuestrado y eran torturados para que sus familiares pagaran el rescate.
De acuerdo con las investigaciones sobre la Mafia Cubana, Hernández, de 50 años y residente de Miami Beach, se encargaba de robar embarcaciones en la costa oeste de Florida, que su cómplice, Ramón Reyes Aranda, le indicaba y eran llevadas a México. Una de las pruebas presentadas en el juicio, indican que el acusado llevó hasta el país norteamericano un vehículo con el que “sobornó” a un funcionario para que les permitiera “el tráfico de migrantes sin interferencia de las autoridades”.
Hernández y Reyes estaban a las órdenes de cinco cubanos: José Miguel González Vidal, de 36 años; Reynaldo Abreu García, 56; Yohismy Pérez González, de 40 años; Yosvani Carbonel Lemus, 43; Reynaldo Crespo Márquez, de 44 años, y Jancer Sergio Ramos Valdés, de 37. Todos residentes en el estado de Yucatán (México) desde donde planean los robos de embarcaciones y extorsiones a migrantes, principalmente cubanos.
Otro rescate por policías ahora a unos cubanos, fueron privados de la libertad y torturados por un grupo criminal que los tenía en una casa de seguridad en la supermanzana 64, en Benito Juárez. pic.twitter.com/pvX4maZ3oE
— Quintana Roo HOY (@QuintanaRooHoy1) August 4, 2023
González Vidal era el encargado de los pagos y el que mantenía trato directo con los estadounidenses. En México, la red de traficantes enganchó a los mexicanos Maikel Antonio Hechavarría Reyes y Mónica Susana Castillo, que se beneficiaron “de varios esquemas, incluido el contrabando y la extorsión de migrantes cubanos mantenidos como rehenes en México para el pago de tarifas de contrabando”, señalaron las autoridades estadounidenses.
González Vidal, Crespo Márquez, Abreu García, Pérez González, Carbonel Lemus y Ramos Valdés se declararon previamente culpables de conspiración y tráfico de migrantes. Sus audiencias de sentencia están programadas para noviembre y diciembre en Miami. En tanto, Reyes Aranda, que también se declaró culpable, tiene fecha de audiencia para el 15 de diciembre.
En febrero del año pasado, las autoridades de los estados de Yucatán y Quintana Roo fueron advertidas por el Instituto Nacional de Migración (INM) de la llegada de balseros cubanos al Caribe mexicano. Este miércoles fue abandonada una embarcación en la playa conocida como El Secreto, en la Riviera Maya. Las autoridades mexicanas tenían indicios de una red de tráfico de migrantes.
En septiembre, Javier Robles, un pescador que renta un catamarán a turistas para practicar esnórquel, contó a 14ymedio, que los coyotes habían reactivado a Cancún (Quintana Roo) como la ruta de escape para los cubanos.
El cubanos Graviel García dijo en ese mismo mes a este diario que antes de la pandemia “había salidas por Pinar del Río”, que está a 220 millas de Cancún y 211 millas de Isla Mujeres, dos de los puntos que usan polleros y que son señalados en el informe Mar adentro: migrantes y náufragos en el mar, elaborado por Naciones Unidas. “Nunca contacté al coyote, sí sé que cobraban 7.000 dólares, mucho para ese peligro”.
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