A dos semanas del inicio del curso escolar, la prensa oficialista advirtió de que el déficit de maestros volverá a ser uno de los principales problemas del período 2023-2024. Solo en Las Tunas se estima un déficit de 700 docentes, según una nota publicada en Periódico 26.
Desde que el Ministerio de Educación anunció que se iniciará el curso escolar el 4 de septiembre, la prensa oficialista se llena a diario de artículos sobre los preparativos en los centros educativos para recibir a los estudiantes. Sin embargo, los textos evitan el entusiasmo y aseguran que habrá menos profesores y se sufrirán retrasos en las entregas de los uniformes y útiles escolares.
Periódico 26 restó peso al déficit en Las Tunas alegando que se trata solo de un 4,6% de la cobertura docente de la provincia, aunque la cifra es notoria si se considera que es la séptima provincia con menos población en Cuba. Nilser Piñeda Cruz, director provincial de Educación, explicó que para suplir las “carencias de profesionales” se contrata a estudiantes o especialistas de producción y servicios, una práctica cada vez más común en las escuelas ante la escasez de personal.
Nilser Piñeda Cruz, director provincial de Educación, explicó que para suplir las “carencias de profesionales” se contrata a estudiantes o especialistas de producción y servicios
Desde hace varios años Cuba sufre una fuga de cerebros, sobre todo de profesionales de salud y educación, provocada por los bajos salarios, las malas condiciones de las escuelas y los rigores de la profesión, sin contar la crisis estructural que atraviesa la Isla.
Piñeda reconoció que el inicio del año escolar no estará “exento de dificultades”, pero se trabaja por “minimizarlas”. Aseguró que se dio prioridad a la impresión de libros de texto y cuadernos de trabajo para los niveles de primera infancia y hasta segundo grado. El resto se distribuirá según la disponibilidad de los insumos.
Por su parte, en Santiago de Cuba el “claustro de maestros está completo”, asegura un artículo del diario Sierra Maestra publicado el sábado pasado. Alfredo Torres Creach, director provincial de Educación, explicó que, no obstante, habrá demoras en la entrega de uniformes, cuya distribución ya se inició para los preescolares y estudiantes hasta quinto grado. “Para el resto de las enseñanzas no se ha comenzado la venta porque está en dependencia de la entrega que realice la industria a nuestro organismo”, dijo.
También reconoció que habrá problemas con el suministro de cuadernos de trabajo para los estudiantes de preescolar y primer grado, pero “los maestros están preparados para aplicar alternativas con otros materiales”, aunque no precisó en qué consistirán. El directivo indicó que los padres de familia han tenido que ayudar a reparar el mobiliario dañado de las escuelas, pero sigue habiendo deficiencias en varios centros, como techos rotos o paredes en mal estado, que seguirán pendientes por la falta de presupuesto.
Según el diario, solo en los talleres de Las Tunas hay 230 costureras y personal de apoyo para fabricar 192.000 prensas para entregar a los estudiantes de esta provincia y de Matanzas
Ernesto Santiesteban Borrego, director económico en Las Tunas del Grupo Empresarial de la Industria Ligera, aseguró al diario Trabajadores que desde junio los empleados de los talleres de confección comenzaron a fabricar los uniformes para el nuevo curso, pero hubo retrasos en la entrega de materias primas y, “en alguna medida”, también afectó la crisis energética.
Según el diario, solo en los talleres de Las Tunas hay 230 costureras y personal de apoyo para fabricar 192.000 prensas para entregar a los estudiantes de esta provincia y de Matanzas. Esta fuerza laboral está conformada en un 99% por madres, quienes han llegado a trabajar incluso en vacaciones y días feriados.
Para aliviar los problemas con la falta de uniformes, muchas familias apelan a los emigrados. En la ciudad de Miami la tienda ¡Ño que barato!, ubicada en Hialeah, vende cada año más de mil piezas de ropa destinada a los estudiantes de la Isla. El diseño respeta al dedillo cada detalle de las blusas, camisas, sayas y pantalones de todos los niveles de enseñanza en Cuba.
Los uniformes fabricados en Estados Unidos son muy apreciados por la calidad de su materia prima y su durabilidad. Es fácil detectar en las aulas cuáles alumnos están vestidos con los de producción nacional y cuáles llevan los importados. En la etiqueta, muchas de esa ropa importada lleva la marca Jordache, la empresa estadounidense que las produce.
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